Se asocia estas palabras por el miedo que siente normalmente un agorafóbico al salir de la zona de seguridad (según él) y acudir a los espacios abiertos donde se puedan producir situaciones que detonen la ansiedad.
De ahí lo de la plaza, al alejarse por ejemplo de su casa y salir a un lugar público se siente vulnerable a los posibles peligros potenciales que puedan ocurrir allí. Pero la definición más correcta podría ser que la agorafobia es el Miedo al Miedo, a sufrir un ataque de pánico inminente, a tenerle verdadero pánico a que le vuelva a ocurrir otra vez una crisis de ansiedad.Si bien hemos reconocido qué es un ataque de pánico, este trastorno agorafóbico simplemente es el temor a que ocurra otra vez.
En muchos casos es incluso peor que el propio ataque porque arrincona tanto a la persona que lo padece que hace totalmente limitadas sus posibilidades. Salir a la calle, ir en transporte público o coche, quedarse solo en casa o simplemente pensar un rato en el sofá pueden ser un sufrimiento constante e inacabable.
Normalmente los agorafóbicos intentan evitar siempre los lugares donde padecieron crisis de ansiedad o angustia prolongada, reduciendo el numero de sitios a los que poder ir. Es frecuente que la gente que convive o conoce a personas agorafóbicas no comprendan la naturaleza de este estado y acaben perdiendo la paciencia en situaciones cotidianas en la que el afectado no es capaz de hacer una cosa aparentemente normal.
A veces los síntomas aparecen después de los primeros ataques y es muy recomendable comenzar a tratar antes de que alcance envergaduras mayores.
Diego Campos.
Ejercicio: Cómo Combatir al Pánico en Cualquier Lugar.
Ejercicio: Descargar la angustia a través del bolígrafo.