Esta alergia está relacionada con la ingesta de pescado crudo o poco cocinado, salazones o conservas en vinagre. La presencia de parásitos crudos en el pescado que se consume normalmente supera el 50%, pudiendo ocasionar cuadros graves en quienes lo consumen. Cuando el causante es el anisakis, da lugar a la enfermedad llamada anisakiosis.
La sintomatología asociada a anisakis se puede clasificar en dos ramas: la que está presente en las manifestaciones cutáneas, derivadas de una reacción alérgica y la que cursa solamente con síntomas digestivos. Existe un grupo de personas que luego de ingerir el pescado sufren reacciones alérgicas agudas y se manifiesta en forma de urticaria y edemas generalizados en los casos más severos y edemas localizados en los casos más leves.
A veces, pueden pasar días hasta que aparezca la reacción alérgica, por lo que se complica el diagnóstico, pero normalmente la reacción alérgica surge a las pocas horas de haber consumido pescado contaminado. Esta alergia, se combate con un tratamiento antihistamínico, aunque una alergia alimentaria asociada al pescado es lo primero hay que tener en cuenta.
Si se descarta ésta última, hay que analizar la posibilidad de alergia por anisakis, donde los síntomas cutáneos se relacionan con síntomas digestivos, principalmente de la clase gástrica. Suelen darse casos de asma y conjuntivitis en otros casos más aislados. Generalmente se produce principalmente en personas que trabajan directamente con el pescado infectado, pescadores o todos los individuos que puedan entrar en contacto con las proteínas del parásito.
Las larvas se mueren a través de una cocción superior a los 60ºC al menos durante diez minutos, o sino también se pueden destruir por congelación del pescado a una temperatura de -20ºC durante 24 horas. Son muchas las especies que se pueden encontrar parasitadas con anisakis, como la sardina, bacalao, bocarte, merluza, pescadilla, calamar y bonito.