Qué es la asertividad

Por Centro Psiconet

La asertividad es la capacidad que tenemos de defender nuestros propios derechos, sin sobreponernos o respetando los derechos de los demás. Además, es la habilidad o capacidad que nos ayuda a expresar de manera adecuada lo que pensamos, sentimos y queremos.

Nos puede servir ante situaciones como:

  • Hacer críticas.
  • Pedir favores.
  • Decir “NO” a alguien.
  • Expresar emociones.

Algunos de nuestros derechos asertivos que debemos conocer son:

  • Tienes derecho a ser juez de tus propias emociones, pensamientos y comportamientos, y a ser responsable de la ejecución y de las consecuencias de lo que sientes, piensas y haces.
  • Tienes derecho a no dar a nadie razones que justifiquen tu comportamiento.
  • Tienes derecho a juzgar si eres tú el responsable de encontrar la solución a los problemas de otras personas.
  • Tienes derecho a cambiar de opinión.
  • Tienes derecho a cometer errores, y a ser responsable de ellos.
  • Tienes derecho a decir que no sabes o que no entiendes, a pedir información y ser informado.
  • Tienes el derecho a juzgar tus necesidades, establecer tus prioridades y tomas tus propias decisiones.
  • Tienes derecho a ser ilógico cuando tomas decisiones.
  • Tienes derecho a decir ‘no me importa’.
  • Tienes derecho a decir ‘no’ sin sentir culpa.
  • Tienes derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
  • Tienes derecho a ser escuchado y tomado en serio.
  • Tienes derecho a tener y expresar sentimientos y opiniones.
  • Tienes derecho a pedir lo que quieres, dándote cuenta de que también tu interlocutor tiene derecho a decir ‘no’.
  • Tienes derecho a obtener aquello por lo que pagaste.
  • Tienes derecho a tener éxito.
  • Tienes derecho a gozar y disfrutar.
  • Tienes derecho a tu descanso.
  • Tienes derecho a decidir qué hacer con tus propiedades, cuerpo, tiempo… mientras no se violen los derechos de otras personas.
  • Tienes derecho a decidir no ser asertivo.

El conocerlos, nos ayuda a defenderlos de una manera adecuada, permitiéndonos ser jueces de nuestra propia vida y teniendo una mayor autoestima.

Sin embargo, no siempre logramos tener una conducta asertiva, teniendo a veces comportamientos pasivos o agresivos. A continuación, en la tabla podemos ver las diferencias entre los tres tipos de conductas:

INHIBIDO o PASIVO ASERTIVO AGRESIVO

TIPOS DE EMOCIONES EXPERIMENTADAS

Internalizan lo que sienten, con mucho miedo de expresar lo que de verdad sienten o piensan. Son miedosos, ansiosos, se sienten culpables. Huyen del conflicto. Manejan muy bien sus propios sentimientos, expresándolos y defendiéndoles cuando es necesario. La tensión se mantiene dentro de un nivel normal y constructivo. Externalizan lo que piensan y sienten. Enmascaran los verdaderos sentimientos con rabia, tensión… Expresan lo que sienten atacando a los demás.

CONDUCTAS NO VERBALES FRECUENTES

Mirada hacia abajo, voz baja, dudas, niegan la importancia a la situación, tono de voz vacilante o de queja, risitas “falsas”. Se “aparta” de la situación. Mirada directa, voz adecuada, habla fluida y firme, postura recta. Coherencia entre lo que dicen y los gestos. Mirada fija, voz alta, habla fluida y rápida, gestos de amenaza, postura intimidatoria, risas despectivas…

EXPRESIONES VERBALES COMUNES

“Quizá”, “supongo”, “me pregunto si…”, “no crees que”, “bueno…”, “tú sabes”, “No te preocupes”, “no te molestes”… “Yo pienso”, “Yo siento”, “Yo quiero”, “vamos a ver”, “hagamos”, “¿qué piensas tú?”… “Harías mejor…”, “escucha bien lo que te digo”, “Tienes que hacerlo …”, “debes”…

CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO

Conflictos interpersonales. Depresión. Desamparo. Baja autoestima. Pérdida de oportunidades. Tensión. Soledad. Sentimientos de culpa, rabia. Resolutivos. Buena autoestima. A gusto consigo y con los demás. Crea oportunidades. Positivo. Buenas relaciones interpersonales. Conflictos interpersonales. Depresión. Frustración. Baja autoestima. Pérdida de oportunidades. Tensión. Soledad. Sentimientos de culpa, rabia. Adicción.

¿Por qué a veces no somos asertivos? Hay en ocasiones que nos cuesta no serlo. Algunos motivos pueden ser:

  • No conocer nuestros derechos puede llevarnos a no defenderlos como deberíamos.
  • En ocasiones podemos aprender de modelos que no tienen una conducta asertiva. Pero, además, hay veces que ante conductas asertivas hemos sido castigados y por ello, no las volvemos a repetirlas.
  • Ante experiencias en las que hemos percibido ansiedad, por el miedo a repetir ese malestar no las volvemos a realizar.
  • IDEAS IRRACIONALES. Creencias que hemos podido desarrollar como “para que me quieren no puedo hacer enfadar a nadie” nos limitan a la hora de presentar conductas asertivas.

Castanyer, O. (2002). La asertividad: expresión de una sana autoestima. Bilbao: Desclée de Brouwer, S. A.