Otro concepto relacionado es la plasticidad erótica, que se define como el cambio en la expresión sexual de las personas, es decir, las actitudes, preferencias y comportamiento. En otras palabras, la respuesta sexual de alguien puede fluctuar dependiendo de su entorno.
La mayoría diría que tiene una orientación sexual. Pero el grado en que una persona es sexualmente fluida es variable, independiente de que opere junto con la orientación sexual. Algunas personas son muy fluidas, mientras que otras lo son menos, explica Selterman.
La fluidez sexual puede ocurrir en personas que son definitivamente heterosexuales u homosexuales, y simplemente significa que pueden experimentar un cambio en su respuesta sexual. Por ejemplo, tu puedes tener una preferencia por un tipo “femenino”, pero luego descubres a alguien que te atrae de una manera nueva y emocionante. A pesar de ello, todavía puedes preferir parejas del mismo sexo con las mismos inclinaciones femeninas como antes, pero con rasgos más masculinos.
La bisexualidad se define como la atracción romántica o sexual con otras personas que se identifican como hombres o mujeres ("bi" significa dos géneros). Si le preguntas a la gente que se identifican como heterosexual, pero luego tiene relaciones sexuales con otra persona del mismo sexo, esta experiencia no significa necesariamente que sean "bisexuales", pero sí los hace sexualmente fluidos.
La investigación realizada por Lisa Diamond contiene ejemplos de mujeres que se identifican como predominantemente heterosexuales en sus vidas, pero se enamoran profundamente de una mujer en particular. Esto no significa que estas mujeres son bisexuales. Ellas han desarrollado tal enamoramiento sólo por una persona individual que resulta ser del mismo sexo.
La investigación longitudinal demuestra que las personas a veces cambian su orientación sexual. Este es un punto muy importante, porque significa que no podemos agrupar todo junto catalogarlo como bisexual, continúa Selterman.
Para fines de estudio, sería contraproducente etiquetar todos estos diferentes comportamientos "bisexuales", ya que impedirían la investigación científica sobre los verdaderos orígenes y variedades de la orientación sexual, así como los resultados y las expresiones sexuales. Además, la unión romántica es diferente del deseo sexual. En palabras de la investigadora, "uno puede enamorarse sin experimentar deseo sexual".
Si nos fijamos en los datos, por ejemplo, las mujeres lesbianas son significativamente más propensas a tener relaciones heterosexuales en comparación con los hombres gays que tienen relaciones heterosexuales. Las mujeres heterosexuales son significativamente más propensas a tener relaciones sexuales consentidas con parejas femeninas en comparación con los hombres heterosexuales dentro de una prisión.
Pero sin duda estas son asociaciones estadísticas que son totalmente relativas, y los resultados no dicen nada acerca de las mujeres o los hombres. Hay muchos hombres y mujeres que no muestran signos de fluidez sexual en absoluto.
Hay algunos trabajos recientes que se ocupan de la fluidez sexual masculina. En un estudio de 2006 se les pidió a los hombres que reportaran sus experiencias sexuales en los últimos 12 meses. Los resultados mostraron que los hombres que tenían relaciones sexuales con hombres, en su mayoría eran heterosexuales, y casi ninguno se identificó como bisexual. Esto puede ser otro ejemplo de fluidez sexual masculina.
La sexualidad humana no es simple. Si los psicólogos afirman que los niveles de la personalidad fluctúan con el tiempo, eso tal vez parecer intuitivamente obvio y no controversial. Pero debido a que estamos hablando de variables sexuales, algunos pueden suponer que son estables en el tiempo. Eso, sin embargo, es una manera poco científica de ver el tema.