En Medicina, como en otras disciplinas, exiten técnicas que por diversas razones entran en desuso y de repente, como si de un "déjà vu" se tratara, vuelve reforzado. El caso de la Hipertermia Oncológica es una de ellas. La Hipertermia Oncológica es una técnica de tratamiento para el cáncer que se ha venido utilizando desde hace bastante años junto a radioterapia y/o quimioterapia, quizá sin demasiada protocolización o tratamientos homogéneos, motivo por el que su uso no ha llegado a tener mayor peso y presencia dentro de la Oncología. Sin embargo recientemente se han desarrollado (y comercializado) sistemas tecnológicos de aplicación de tratamientos más precisos que están haciendo que su uso esté cada vez más extendido para el tratamiento del cáncer (fundamentalmente en Oncología Radioterápica) en Alemania, Italia, Holanda, EEUU, Japón entre otros países.
La Hipertermia Oncológica es una terapia adyuvante que potencia la acción de la quimio y/o radioterapia, que consiste en la elevación de la temperatura de una porción anatómica donde tiene alojado su tumor, del paciente. La tecnología médica aplicada en el momento actual nos permite contar con dispositivos que elevan artificialmente la temperatura local. Esta técnica resulta de gran eficacia frente al cáncer, ya que la elevación de la temperatura de forma local y controlada en el interior del tumor actúa de potente radiosensibilizador, reduciéndose así la fracción superviviente de células malignas.
Se ha observado que la hipertermia puede reducir la natural hipoxia tumoral (baja concentración de oxígeno en las células tumorales) a 41ºC como resultado de cambios en el flujo sanguíneo tumoral y/o saturación de la oxihemoglobina.
A esa temperatura, la mejora de la oxigenación parece jugar un papel importante en la mejora de la eficacia de la radioterapia. El efecto de la radioterapia se basa en el daño al ADN celular tumoral a través de mecanismos directos e indirectos, por medio de la creación de radicales libres de oxígeno. EL calor actúa mejorando ambos mecanismos. Por un lado se obstaculiza la reparación del ADN y por otro se aumenta la perfusión, aumentando la presencia de oxígeno para la creación de radicales libres. Dado que la investigación en biología molecular está en contínuo crecimiento, se reconoce que en un número de procesos intracelulares existe un comportamiento específico dependiente de la temperatura. Se han encontrado en laboratorio varias interacciones posibles que tienen un gran potencial en el tratamiento del cáncer.
Entre estos mecanismos hay evidencia de:
- Mejora de los efectos antitumorales de diversos medicamentos (también los citostáticos o quimioterapia) y de la radiación (por lo general en el rango de 40 a 43 ° C)
- La inducción de procesos inmunológicos (39-41 ° C, rango de fiebre)
- Inducción de la expresión génica y la síntesis de proteínas (40 - 42 ° C)
- Influencia en el microambiente tumoral de una manera que hace mejor el tumor accesible para algunas terapias
Por supuesto, siempre hay un efecto citotóxico de calor por sí mismo, típicamente a temperaturas más altas (por encima de 43 ° C). Este efecto es explotado principalmente en intervenciones termoablativas.
Sin embargo, la contribución más beneficioso de la hipertermia para tratamientos oncológicos se basa en la mejora de la eficacia de otras modalidades de tratamiento (radioterapia, quimioterapia, radio-quimioterapia, terapia génica, la terapia inmune, etc.). El uso de la hipertermia como un agente modificador de respuesta a la dosis de radiación es, en particular, el aumento de la relación terapéutica, es decir, una mayor eficacia sin toxicidad adicional.
A la misma temperatura, parece ocurrir el daño de los vasos sanguíneos. La hipertermia, de hecho, puede inhibir la angiogénesis (formación de pequeños vasos sanguíneos que alimentan el tumor) in vitro e in vivo. Por otra parte, podemos evaluar que también otros efectos inducidos por el calor contribuyen a la inhibición de la replicación del ADN in vivo, tal como puede ser la acumulación de proteínas de matriz nuclear y otras alteraciones de la estructura de la cromatina.
El uso combinado de hipertermia y radioterapia tiene ventajas importantes. El control del tumor se determina por la dosis de radioterapia. Cuando se combina radioterapia con hipertermia, se ha observado un cambio en el control del tumor con una dosis de radioterapia reducida. Esto permite un mayor control del tumor a igual dosis de radioterapia, en el tratamiento de un tumor primario, y un control del tumor similar en dosis más bajas de radioterapia, que es un aspecto clave en la re-irradiación del tumor recurrente en el que la dosis de radioterapia tiene que ser tan mínima como sea posible.
En estos momentos existen grupos de trabajo internacionales para el estudio de la Hipertermia dentro de ESTRO (Sociedad Europea de Oncología Radioterápica), ASTRO (Sociedad Americana de Oncología Radioterápica), así como sociedades científicas afines a nivel europeo (por ejemplo la ESHO con más de 30 años de existencia).
En EEUU se han publicado recientemente (Octubre del 2014) unas guías para la implantación de Hipertermia en los Servicios de Oncología Radioterápica avaladas por múltiples Universidades estatales americanas.
Destacar que el uso de la hipertermia está dentro del plan de formación de nuestra especialidad de Oncología Radioterápica.
El Dr. Jorge Contreras del Hospital Carlos Haya de Málaga está impulsando un grupo de trabajo en este campo en España que espero y deseo dé sus frutos.
Les dejo con este video (en inglés) en el que se explican los beneficios de la hipertermia por diferentes expertos mundiales.
https://www.youtube.com/watch?v=jF-nm8fi3oo