La hipervitaminosis es una patología rara, causada por un aporte excesivo de vitaminas. Este problema no conlleva ninguna consecuencia nefasta para la salud. Veamos en qué consiste.
La hipervitaminosis corresponde a un aporte excesivo de vitaminas A y D, principalmente. Estas, cuando son superiores a las necesidades del organismo, y que no se eliminan por vía urinaria, pueden provocar un stock, y desarrollar una toxicidad nefasta para el metabolismo.
Las demás vitaminas (B,C…) son eliminadas rápidamente por vía urinaria, mientras que las vitaminas A, D, E o K se instalan en los tejidos grasos. Estas vitaminas son llamadas liposolubles. La vitamina A está contenida principalmente en los alimentos de casquería, el hígado de ave, la mantequilla, los huevos, los pescados grasos…
Una sobredosis de vitamina D provoca desarreglos gastrointestinales, náuseas, y calcificación ósea, sed intensa, deshidratación… La vitamina D permite fijar el calcio en los huesos, también la encontramos en los aceites, la carne, los cereales, y los champiñones…
¿Cómo se manifiesta la hipervitaminosis? Estos son los síntomas más corrientes: vómitos, náuseas, cefaleas, desvanecimientos, problemas de hígado y de las funciones renales, hemorragia, problemas cutáneos…
La hipervitaminosis A puede ser aguda o crónica. En los adultos es bastante rara, y se manifiesta sólo tras un alto consumo prolongado de ciertos alimentos ricos en vitamina A. Ciertos lactantes pueden sufrirla, y se nota en el bombeo de la fontanela.
En la mujer embarazada, una sobredosis en vitamina A puede provocar una malformación del embrión. Es bueno vigilar la alimentación, sobretodo durante los tres primeros meses.