Hace unos días mientras tomaba un té con un grupo de mamás de la escuela de Sunflower, una de las mamás comentó que había elegido esta escuela para su hija porque no quería que le robaran su infancia.Fueron palabras que me dieron para pensar, sobre todo, en lo mucho que debemos esforzarnos por cambiar la educación pública de nuestro país, pues está a años luz de las necesidades reales y del auténtico ritmo de los niños.Es muy triste, pero es real. La educación pública, en un intento nefasto de promover una educación basada en la excelencia y en la calidad (supuestamente), exige a los niños habilidades cognitivas y conocimientos, cada vez a más temprana edad, sin respetar su ritmo ni su desarrollo, provocando así que los niños se pierdan de sí mismos y por tanto pierdan algo que no van a poder recuperar nunca más, su infancia.
Esto es algo que puedo constatar cada día en el instituto de educación secundaria donde trabajo, los alumnos llegan desmotivados, desvitalizados, sin ganas de aprender,... y estoy convencida de que si se hubieran respetados sus ritmos, la situación sería bien diferente.Ya te conté aquí por qué nosotros elegimos una escuela de modalidad libre para Sunflower, la escuela Waldorf de Mallorca, pero me he dado cuenta de que no he acabado de explicar muy bien qué es la pedagogía Waldorf.
Seguramente ya la hayas escuchado nombrar alguna vez, y tienes una vaga idea de en qué consiste, pero de todas formas hoy voy a tratar de explicarte qué es y por qué me gusta.Definir todo un movimiento pedagógico de más de cien años de recorrido en pocas palabras no es fácil, aún así voy a intentarlo.¿Qué es la Pedagogía Waldorf?La educación Waldorf proviene de las enseñanzas y de la investigación de Rudolf Steiner, quien a principios del siglo XX desarrolló una pedagogía pionera en el área del aprendizaje basado en el desarrollo apropiado a cada edad.
Se trata de una educación equilibrada para todo el niño, que parte de la comprensión de su desarrollo evolutivo.
En la actualidad es el movimiento escolar privado más grande del mundo, y existen escuelas Waldorf por todos los continentes, incluidas zonas como Suráfrica, Palestina, Europa del Este o Rusia.¿Cómo enseñan?
En el primer septenio de vida (de los 0 a los 7 años), los niños son grandes experimentadores y tienen una muy buena capacidad de imitación. Es cuando desarrollan su voluntad, por lo que deben ser libres de movimiento, de jugar, de imitar.Esto lo respetan en el jardín de infancia Waldorf, de manera que inciden especialmente en el movimiento, el ritmo, los cuentos de hadas y el lenguaje oral. Por tanto se incluyen actividades de juego libre, movimiento, el corro, cuentos, actividades artísticas, paseos por la naturaleza,…
A partir de los 7 años, el niño aprende cómo funciona el mundo, y lo aprende mejor cuando la información se presenta de forma artística e imaginativa.Por ello, en la escuela primaria Waldorf, todas las asignaturas se imparten de un modo vívido y pictórico.(No quiero alargarme demasiado para no convertir esto en algo muy teórico, así que para ampliar más información te recomiendo que leas este artículo de la escuela Waldorf La Marina en Benidorm)Y después de esta breve presentación, déjame decirte además 6 cosas que me encantan de la pedagogía Waldorf:
(1) Que no mete prisa a los niños En las escuelas Waldorf dejan que los niños sean niños, respetan su ritmo, sin atosigarlos con conocimientos o exigiendo habilidades cognitivas (lectoescritura o matemáticas) antes de tiempo. Se les permite ser niños.Esto lo saben muy bien en Finlandia, que puede presumir de tener el mejor sistema educativo del mundo, donde comienzan la lectoescritura a los siete años.Si esto fuese así en todas las escuelas, muchas dificultades de aprendizaje (de la familia dis: dislexia, discalculia,…) se evitarían, sin duda.(2) Sus juguetes naturalesEn las escuelas Waldorf los juguetes son naturales, no tóxicos, y sencillos, lo que promueve y estimula mucho el trabajo imaginativo de los niños.
Aquí ya te presenté una selección de juguetes naturales, donde te hablé de algunos Waldorf. Y también publiqué un tutorial para hacer un caballito de palo o una pelota sonajero de lana, juguetes típicamente Waldorf. (3) Que promueve el aprendizaje por imitación en la primera infanciaDesde los juguetes, hasta la labor que realizan las maestras en un Jardín de Infancia Waldorf, permiten que los niños puedan imitar y aprender a apreciar el valor de las habilidades de la vida real.Jugar con un ordenador o con un Ipad no nutre esta imitación en los niños, te lo puedo asegurar.(4) La belleza, la sencillez, el orden, la armonía, el ritmo, la paz,...Si alguna vez tienes la oportunidad de visitar una escuela Waldorf, aunque sea en una jornada de puertas abiertas, hazlo, y entenderás a qué me refiero.(5) Que dé un gran valor y potencie el arte, los trabajos manuales, la música, el teatroEn las escuelas Waldorf (a partir de primaria) los niños aprenden a tocar varios instrumentos, también a tejer o a hacer punto, ebanistería o todas las técnicas artísticas, e incluso aprenden dos idiomas extranjeros. (6) Que no tenga exámenes, ni libros de textoUno de los mejores regalos que podemos ofrecer a los niños.Podría seguir enumerando, pero creo que ya te has hecho una idea ¿verdad?Quizás ya sea demasiado tarde o no tengas esta opción educativa para tus hijos, así que muy pronto publicaré una entrada sobre algunas de las cosas de la pedagogía Waldorf que podemos aplicar en casa y por tanto beneficiarnos de ella. Porque al fin y al cabo, y no lo digo yo sino muchos expertos, lo que más cuenta es la familia.
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