La Proteína C Reactiva (PCR) es una proteína que fue identificada en 1930, su concentración en sangre refleja la severidad del proceso inflamatorio con mayor precisión que otras pruebas y no está influenciada por la edad del paciente ni el sexo, pudiendo ser dosificada en sueros almacenados. Es una respuesta al estímulo inflamatorio. Se realiza por extracción de sangre, que no requiere preparación previa
Esta proteína es sintetizada por el hígado, formado parte de las llamadas “reactantes de fase aguda y responden a los niveles de unas proteínas inflamatorias conocidas como citocinas, las cuales son producidas por los glóbulos blancos tras la inflamación.
Las causas de Proteína C Reactiva alta son diversas, no obstante, todas implican procesos inflamatorios de algún tipo, por ejemplo: cáncer, enfermedad del tejido conectivo como la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, espondiloartritis, miopatías, vasculitis, afecciones cardíacas como el infarto del miocardio, infecciones en general, enfermedad intestinal inflamatoria, neumonía neumocócica, tuberculosis, obesidad, el ejercicio intenso, traumatismos graves, como ciertas quemaduras que producen que el cuerpo reaccione a la inflamación, etc.
Este análisis es muy utilizado en reumatología para poder medir el alcance eficiente de medicamentos o tratamientos, la actividad de la enfermedad, la evolución y el pronóstico de las mismas, de ahí su evaluación periódica en las enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide, espondiloartritis y el lupus, por lo que es muy común que su reumatólogo le indique este complementario periódicamente y le explique sus variaciones y la importancia que para el resulta que la misma este en límites normales o disminuya cuando presenta cifras elevadas.
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