Solo vives una vez, pero si lo haces bien, será suficiente.
Parece una pregunta sencilla y corta, además de recurrente: ¿Qué es lo que quieres? Te lo preguntan en el restaurante y en la taquilla del cine, en la entrevista de trabajo y al escoger la escuela de tus hijos. Indica que tienes opciones y que puedes escoger lo que tu quieres. Pero, ¿cómo sabes lo que quieres?
¿Qué quieres hacer (el resto de tu vida)?
La pregunta es más complicada de lo que parece. El menú del medio día tiene un número limitado de opciones que además no cambian mientras haces tu elección. La vida es perfectamente capaz de ofrecerte un sin límite de opciones, de las cuales algunas ni conoces y otras cambiarán a medio camino. Y mientras tu almuerzo tardará como mucho dos horas, estadísticamente te queda mucha vida por delante.
¿Qué es lo que quieres conseguir? ¿Cuáles son las metas que te guían en tu día a día? Lo puedes llamar objetivo vital, estrategia de vida, lista de los sueño, misión, destino. Lo importante no es la palabra sino la idea de que tu vida tenga un propósito que te pueda facilitar la toma de tus decisiones. Es más fácil decidir cuál es la tarea más importante de hoy si encaja dentro de un objetivo más grande.
Quizás estés más acostumbrado a los objetivos en la vida profesional: conseguir x nuevos contratos o aumentar la facturación en x% son metas muy concretas. Para cada tarea podrás decidir exactamente si contribuyen a estos objetivos o sin son meras distracciones. Sin embargo, no tienes que limitarte al espacio profesional para ponerte una meta. De hecho serás más independiente si tu meta no depende de tu trabajo, especialmente si eres asalariada. Puedes dedicarte a conseguir el cinturón negro en un arte marcial, a cenar en todos los restaurantes con estrella Michelín de tu país, a dar la vuelta al mundo a pie, a ser candidata para la presidencia del país, a publicar una foto cada día hasta llegar a los 10.000 fotos. Hay muchas formas de darle un poco más de chispa y sentido a tu día a día.
Solo quiero ser feliz…
¿Qué significa ser feliz para ti? ¿Qué es lo que te hace feliz? Esta pregunta nuevamente te conduce a la misma pregunta: ¿Qué es lo que quieres conseguir? La felicidad se puede incrementar justamente porque es una reacción al cumplimiento de objetivos y sueños. Si no eres de las personas que desde siempre saben que quieren hacer con su vida, es hora de dedicarle un poco de tiempo a descubrir que es lo que quieres.
¿Recuerdas lo que te gustaba hacer de niña? ¿Qué tipo de “misión” de otras personas te impresionan a un nivel personal? ¿Lo puedes ajustar a tus propias circunstancias de vida? Quizás no te ves capaz de encontrar la cura del cáncer, porque no eres científico. ¿Y si te dedicas a conseguir fondos para el apoyo de un centro de investigación existente? Tal vez no crees que puedas dar la vuelta al mundo en bicicleta porque tienes una familia que mantener. ¿Y sí decides recorrer todas las vías verdes de España en los próximos diez años? A lo mejor te dicen que ya eres muy mayor como para ser ninja. Y si te apuntas a un arte marcial para conseguir el cinturón negro antes de cumplir la próxima década? Nadie ha dicho que tendrás que cumplir tu propósito mañana: la felicidad está en el camino.
¿Cómo sé lo que quiero?
En un mundo de opciones casi ilimitadas, tú decides. Así que el primer paso es conocerte un poco mejor a ti misma. ¿Qué es lo que admiras? ¿Qué es lo que soñabas de pequeña? ¿Qué te llama la atención? Y cómo lo podrías estructurar para que encaje con tu día a día. Deja fluir tu creatividad: ¿qué quieres que recuerden de ti cuando ya no estés?