Son alimentos clasificados en los últimos lugares del denominado, índice glucémico, un concepto relativamente nuevo.
Durante años, se creyó que los carbohidratos simples (azúcar) eran los mayores culpables del aumento de la glucosa en la sangre y que los carbohidratos complejos (frutas, verduras, granos y leguminosas, al igual que la papa y la zanahoria), los cuales se asimilan lentamente, eran neutros o benéficos.
A fines de los años setenta y principios de los ochenta, el concepto fue puesto en tela de juicio cuando varios científicos, entre ellos Phyllis Crapo, R.D., de la Universidad de California, en san Diego, y el doctor David A. Jenkins, de la Universidad de Toronto, midieron el azúcar en la sangre después de dar a las personas estudiadas distintos tipos de alimentos. Recomiendo leer el articulo (¿sera la canela el remedio de la diabetes?)
Para sorpresa de todos, ni el helado ni los dulces fueron los causantes de los incrementos más rápidos del azúcar en la sangre.
Los principales culpables fueron la zanahoria, la papa y los cereales procesados. La noción de que los carbohidratos complejos ofrecen a los diabéticos mayor seguridad que los carbohidratos simples demostró ser falsa.