¿Qué es un terror nocturno?

Por Centro Psiconet

Un terror nocturno es un trastorno del sueño que provoca en el individuo un episodio de pánico e incapacidad de recuperar la consciencia completamente mientras tiene lugar. Algunos de los síntomas son respiración pesada, anormalidad en el ritmo cardiaco, sudoración y estado de miedo extremo. Esta alteración se da en un estado intermedio entre sueño y vigilia, por lo que en caso de ser sufrido por alguien cercano a ti, es muy probable que la persona no sea consciente de tu presencia y no se entere de lo que digas o hagas para intentar calmarle.

Los terrores nocturnos suceden durante las primeras fases del sueño, cuando se da la transición de la fase del sueño más profunda no REM a la más superficial del sueño REM (fase en la que soñamos), y su duración puede ir desde escasos minutos a una hora. Esta transición suele producirse de forma suave y normal, sin embargo, el individuo puede sufrir agitación o miedo en el proceso, generando el terror nocturno. Normalmente, tras el incidente el individuo duerme como si nada hubiese ocurrido, sin recordarlo a la mañana siguiente.

Tras muchos estudios no se ha establecido una causa exacta que provoque los terrores nocturnos y los investigadores han terminado por considerarlos fallos misteriosos en las transiciones que se dan entre las etapas del sueño. La creencia más generalizada es que los terrores nocturnos están provocados por una hiperactivación del sistema nervioso central durante el sueño. Habitualmente suelen producirse en niños de hasta 12 años, de hecho, un estudio realizado en 2000 niños demostró que un 40% de éstos con edades comprendidas entre 3 y 6 años había sufrido estos episodios en algún momento.

Como decíamos anteriormente, no se sabe con total seguridad qué es lo que ocasiona los terrores nocturnos, pero sí es seguro que en el caso de un niño, sufrir estas alteraciones no significa que éste tenga algún problema psicológico. Pueden deberse a una rutina del sueño inestable o insuficiente, o a una apnea ocasionada por una inflamación de la garganta que bloquea las vías respiratorias, dificultando la respiración y provocando así que se despierte de forma parcial, entre algunas posibles causas. Se ha demostrado que el factor hereditario juega un papel muy importante ya que el 80% de los niños que han sufrido alguna vez este trastorno es pariente de alguien que también lo haya experimentado, o que padeciese sonambulismo.

En el caso de los adultos, la presencia de terrores nocturnos puede asociarse al padecimiento de otras psicopatologías. Por ejemplo, en aquellos individuos que han sufrido algún tipo de estrés postraumático o de ansiedad generalizada, hipoglucemia, depresión, o incluso en aquellos que padezcan algún trastorno de personalidad.

Diferencia entre terror nocturno y pesadilla

A menudo la presencia de un terror nocturno suele diagnosticarse como una pesadilla, sin embargo, son cuestiones completamente diferentes. Un terror nocturno no es un sueño como tal, sino una reacción de pánico repentina que se da durante la transición de una fase de sueño a otra, durante la fase no REM. Por su parte, las pesadillas son sueños desagradables que se producen durante la fase REM, etapa en la que soñamos, y suelen recordarse a la mañana siguiente, a diferencia de un episodio de terror nocturno.

¿Cómo evitar y actuar ante un terror nocturno?

En primer lugar, lo más importante es tranquilizarse y esperar con paciencia a que pase, ya que tras el incidente el individuo no es consciente y vuelve a dormirse con normalidad. Si tu hijo sufre un terror nocturno lo mejor que puedes hacer es situarte cerca de él, retirar cualquier cosa que pueda suponer un peligro y hablarle con calma, sólo hay que intervenir en caso de que vaya a hacerse daño con algo, ya que un despertar brusco puede generar desorientación y confusión en el niño, provocando que le cueste más calmarse y conciliar el sueño de nuevo.

No hay un tratamiento fijo que asegure evitar los terrores nocturnos, pero dada la relación existente entre terror nocturno y pacientes con fatiga crónica, cansancio y estrés el mejor consejo que podemos ofrecerte es que tomes una rutina de sueño reparador y estable mediante la creación de un horario fijo.