Como todos sabemos, cualquier persona al nacer o en algún momento de su vida puede presentar una discapacidad, por diferentes razones.
Al hablar de discapacidad y como nos refiere la Organización mundial de la Salud, es una restricción o ausencia de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para un ser humano y esto se debe a una deficiencia que es la perdida de una estructura, o de una función corporal o psicológica.
Las discapacidades pueden ser de diferentes grados de afectación de leves a graves. Las más frecuentes son la discapacidad visual, la auditiva, la física y otras de tipo mental.
Estas personas por sus limitaciones fueron largamente discriminadas en casi todo el mundo, eran considerados como seres anormales, producto de un castigo divino o del demonio y por tanto vivían confinados, excluidos e inclusive sus familias. Al paso del tiempo, estas visiones y actitudes fueron superándose y hoy en día a pesar que todavía hay algunos prejuicios frente a estas personas como el denominarlos: pobrecitos, enfermitos,niños eternos, los tontitos etc, ya nadie piensa como en las épocas pasadas.
Muchas personas con diferentes discapacidades alcanzan niveles de educación superior, puestos laborales y políticos importantes y también brillan en el mundo del arte y los deportes, asimismo, se desarrollan afectivamente y logran formar una familia y vivir satisfactoriamente; muchas veces son más exitosos que otros que no tienen discapacidades.
Este cambio en sus vidas se hace posible por el esfuerzo de cada uno, de sus familias y también de los cambios que se han ido dando en la educación y en la sociedad.
Hasta los 90, casi todos los niños con discapacidades estudiaban únicamente en las llamadas escuelas especiales, alejados de sus pares ”normales” y mayormente no alcanzaban el éxito educativo deseado, fundamentalmente porque no se les brindaba una formación de acuerdo a sus reales posibilidades.
Hoy en día la educación piensa más en las capacidades de estas personas y no en sus déficits o limitaciones, también se les ha reconocido el derecho que tienen como todo ser humano a participar en la escuela a la que van los demás estudiantes. Previamente o simultáneamente los profesores son preparados para la atención educativa de estos niños, de tal forma que los puedan apoyar adecuadamente en su vida escolar y ellos pueden compartir, disfrutar e interactuar con los otros niños, se fortalecen los lazos de amistad, solidaridad y se van preparando para participar en la vida adulta y ciudadana.
Como vemos, estos cambios que también se van dando en la sociedad, han permitido que estas personas puedan avanzar, dejar atrás los prejuicios y el suponer que la discapacidad es una tragedia personal.
Cuando el entorno social, la familia y la escuela brindan los apoyos a estos colectivos, es decir son más amigables, valoran sus potencialidades y creen en ellos, las personas con discapacidad encuentran la ruta para seguir caminando y desafiándose.
Si alguna vez tienes la oportunidad de aproximarte a un niño, joven o adulto con discapacidad, piensa que ellos al igual que TÚ, pueden ser felices si encuentran amor y apoyo.
Trátalos con respecto y sin prejuicio, ellos también pueden!
Un ciber abrazo desde este lado de la mágica bruma
Tus amigas de
MUJER HOY