Y el contraste entre lo moderno y el resto de piezas del museo es espectacular y realmente lleva a la pregunta de “¿qué hace esto aquí?” y ayuda a observar con una mirada renovada obras de autores como Barceló, Miró o Saura que, quizás, en otro contexto no hubiesen llamado tanto la atención.
De entre todas las obras de la muestra me quedo con el “Pigmalión” de Francisco Leiro, por el tema que representa (Pigmalión abrazando y besando a su estatua, Galatea, que ha cobrado vida), como por el volumen y presencia de la escultura.
F. Leiro. Pigmalión (1998) Madera policromada 216 x 145 x 115 cm
C.Cienfuegos