La tecnología trabaja para mi, no yo para ella.
Madre mía la que se ha liado con el doble check azul de whatsapp. Que si es un atentando a la privacidad, que si va romper miles de parejas, que si no hay derecho a que implementen algo así sin avisarlo, que si…
Vamos a ver. La privacidad de cada uno de nosotros es un tema serio e importante. Tenemos derechos que nos asisten y vemos como cada vez mas a menudo un montón de empresas se los saltan a la torera (e Internet es una herramienta que les pone muy fácil a las empresas robar y utilizar nuestros datos), pero esto no nos exime de ser responsables de nuestra propia privacidad y esperar que sean otros quienes se preocupen de ella.
No deja de sorprenderme la cantidad de problemas de pareja y entre amigos que genera una aplicación como Whatsapp, aun más con el doble chack azul, y como ejemplo os dejo este interesante corto:
Así que, a modo de ejemplo voy a contaros mi visión sobre el impacto de Whatsapp, el doble check azul y otras tecnologías sobre mi privacidad:
Respondo al teléfono cuando me da la gana.
Las llamadas de teléfono son un gran invento. Y desde que existen los móviles mucho más. Nos permiten hablar y comunicarnos con quien queramos cuando queramos. ¿Seguro? Pues en mi caso no.
Igual que cualquier persona que tenga mi número es libre de llamarme cuando le de la gana y para o que le de la gana, yo soy totalmente libre de responder esa llamada si me da la gana y cuando me apetezca.
Os puedo asegurar que hay mil actividades que tienen prioridad sobre una llamada de teléfono. Estar en una buena conversación, concentrado trabajando o disfrutando de una película es motivo más que suficiente para que no responda el teléfono.
Es posible que devuelva la llamada cuando pueda o simplemente que se me olvide y no la devuelva nunca. Al final, si es algo importante, seguro que vuelven a llamar.
Es cierto que hay un reducido grupo de personas a los que siempre devuelvo la llamada si es que no la contesto de inmediato. Ese grupo es muy selecto (mis padres, mi mujer y poco más) y si te ofende no estar en el, el problema lo tienes tú, no yo.
Y si resulta que es algo importante y que requiere que te comuniques conmigo mándame un email, déjame un mensaje de voz o envía un Whatsapp que te aseguro que en algún momento lo leeré.
Evidentemente esta norma cambia cuando hablamos de asuntos de trabajo, donde siempre respondo a la llamada o llamo luego, pero para eso cuento con diversos números de teléfono que separan mi área personal y profesional.
Me la repanpinfla el doble check azul de Whatsapp
Voy a ver si lo digo de una manera clara.
Ante tu libertad de escribirme un mensaje cuando te de la gana y por el motivo que te de la gana, yo soy igualmente libre de responderte cuando me de la gana, lo que me de la gana o simplemente no responderte.
Y si que no responda un Whatsapp, aunque el doble check azul te confirme que lo he leído, te enfada y te molesta, vamos a tener complicado ser amigos.
Whatsapp, el teléfono, el email,… son herramientas que me encantan, me hacen la vida más fácil y me parecen geniales, pero soy yo, quien decido cuando respondo y cómo. Ni la herramienta ni tú decides que hago, cuando lo hago ni como.
Tenemos que aprender a no dejar que otras personas controlen lo que hacemos - Tuitéalo , aunque dispongan de herramientas para hacerlo. El límite lo pones tú, no whatsapp o lo que sea.
Para rematar el artículo, os dejo un par respuestas útiles a preguntas habituales relacionadas con las personas que intentan controlarlos a través de whatsapp y cia.
Anoche estabas conectado a Whatsapp a las 4 de la mañana. ¿Con quien te escribías?
Estaba chateando con quien me da la gana y si eso te genera desconfianza en la relación que tenemos, tendremos que replantearnos los términos de esta relación. No estoy dispuesto a renunciar a mi intimidad bajo ningún concepto y soy libre de chatear con quien me apetezca.
¿Se que leíste mi whatsapp porque vi el doble check azul no me contestaste?
No. No me apetecía (porque por mucho que quieras a una persona, no siempre te apetece conversar con ella).
Ser sincero es la mejor estrategia siempre, porque las mentiras tienen las patas muy cortas.
No permitas que nadie controle que haces cómo lo haces y cuando lo haces. El día que aceptas este control, estas aceptando que esa relación (de amistad, de pareja, familia) acabe mal.