Lógicamente, aparte del sombrero, es recomendable echarse, un ratito antes de la exposición al sol, un protector solar, a ser posible resistente al agua. He probado muchos, muchísimos, más de los que podáis imaginar y sólo hay uno que me guste para todos los días, como base antes del maquillaje, y para ir a la playa o la piscina. Es una crema muy fluida y con color de Avéne.
Así, nos protegemos para que no vuelvan a salirnos más manchas. Pero y con las que están ¿qué hacemos? Fue en unas vacaciones hace unos seis años cuando me vi la primera mancha y el disgusto fue tremendo y no porque sea una presumida. Te la miras y te la requetemiras y así sólo con la mirada consigues que cada vez sea más grande. Corrí despavorida a la farmacia a por el producto milagro que me quitara esa maldita mancha, costara lo que costara, estaba dispuesta a todo con tal de hacerla desaparecer. Y en esta ocasión, la recomendación de las farmacéuticas fue la más acertada de todas las que hayan dado en su vida: un despigmentante de la marca Galenic.