Qué hacer con los niños en caso de terremoto

Por Pedsocial @Pedsocial

En la parte del mundo desde donde escribimos, la ocurrencia de temblores de tierra es algo desconocido, remoto y materia de noticiarios o periódicos. No ocurre así en muchos otros lugares habitados del planeta, desde California a Japón, desde Chile a Italia, desde Turquía a Haití o Ciudad de México, donde los movimientos telúricos forman parte habitual de las experiencias de las gentes y, lamentablemente de tragedias horrorosas. Aquí nos hemos referido a ello ocasionalmente.

Pero desde hace unas semanas, padres y educadores de nuestro entorno próximo, en la zona cercana a la desembocadura del rio Ebro, donde coinciden las provincias de Castellón y Tarragona, están seriamente preocupados por que hacer en caso de un terremoto mayor, al venir padeciendo más de 400 movimientos de tierra perceptibles, alguno hasta alcanzar los 4,2 puntos en la conocida escala de Richter.

Padres y educadores se plantean qué medidas tomar para prevenir los efectos sobre loe edificios y cómo adiestrar a los niños para su propia protección.

Por ejemplo:

  • Permanezca en el interior de la vivienda hasta que se detengan las sacudidas y pueda salir de forma segura.
  •  Manténgase alejado de estanterías o muebles que puedan caerle encima.
  •  Manténgase apartado de las ventanas. En un edificio de muchas plantas, lo más probable es que se activen las alarmas de incendio y los rociadores durante un terremoto.
  • Si está en la cama, permanezca acostado y proteja su cabeza con almohadas.
  •  Si está en el exterior, busque un espacio abierto alejado de edificios, árboles y cableado eléctrico. Agáchese.
  • Si está conduciendo un vehículo, reduzca la velocidad y deténgase al llegar a un espacio abierto. Permanezca dentro del coche hasta que se detengan las sacudidas.

Todo ello sería más o menos la respuesta natural si no fuese porque los terremotos registrados en Tarragona y Castellón está relacionados con la actividad humana, concretamente la actividad industrial.

Hace unos años se inició un proyecto de utilizar un antiguo yacimiento petrolífero submarino ya abandonado para almacenar gas natural. Ello requiere un planta de compresión del gas, probablemente hasta hacerlo líquido y luego llevarlo hasta la plataforma marina e inyectarlo a presión en el antiguo yacimiento. Al poco tiempo de realizar la inyección del gas se han comenzado a producir temblores de tierra que han ido en aumento. Obviamente la inyección de gas a modificado los equilibrios de fallas tectónicas cuyo movimiento genera los terremotos.

La racionalidad del depósito no es tanto de mantener reservas, sino especular con las variaciones del precio del gas natural: si lo conservo, comprado a un precio, y luego sube, lo vendo más caro.

Se da la circunstancia que la empresa ACS , ejecutora del proyecto Castor, propiedad de un conocido magnate industria y futbolístico que le puso el nombre de su hermano menor, ya fallecido, a la planta de compresión, situó sus instalaciones en la provincia de Castellón al no obtener los permisos preceptivos de la Generalitat de Catalunya, más exigentes en materia medioambiental. La planta ”Ignacio Pérez” está ahora a tres km. escasos del municipio catalán de Alcanar. Aunque eso es sólo geografía política. Lo más preocupante es la distancia que separa el epicentro de los terremotos de las centrales nucleares del sur de Cataluña (ver imagen, de elaboración propia) y lo que puede evocar de desastres como el de Fukushima-Daichi de hace un par de años.

De manera que la pregunta de que hacer con los niños en caso de terremoto se desplaza a otras dimensiones.

Probablemente lo que habria que preguntarse es que hacer con industriales especuladores que ponen en riesgo la vida y la tranquilidad de las personas y con los gobiernos de incompetentes que autorizan sus instalaciones.

X. Allué (Editor)