¿Qué harías con 1 millón de dólares?

Por Valedeoro @valedeoro

Publicado por valedeoro en 08/04/2011 bajo minimalismo | Sé el primero en comentar

[Esta entrada es parte de una mini-serie sobre el estoicismo romano y cómo aprovechar sus fundamentos para una vida (no sólo) minimalista. No te pierdas los capítulos anteriores sobre principios y técnicas estoicas para una vida más tranquila.]

La segunda obsesión más remarcable de nuestra sociedad es el dinero. Es la segunda, debido a que pensamos que con mucho dinero podríamos conseguir la admiración de las personas que nos rodean. En este caso el dinero es simplemente una forma de conseguir algo de fama. El problema es que la felicidad no depende exclusivamente del dinero.

La falsa correlación entre dinero y felicidad

Tener mucho dinero no necesariamente equivale a ser muy feliz. El premio nobel Daniel Kahnemann mostró en un estudio detallado que a partir de cierto nivel de ingresos un aumento de estos ingresos ya no aumenta la felicidad. A la hora de recibir el dinero extra estamos encantados, pero al cabo de dos semanas ya nos hemos acostumbrado a las nuevas circunstancias (gracias al fenómeno de la adaptación hedonista). A partir de cierto nivel no necesitamos más dinero, de hecho, no tenerlo nos hace más feliz que tener todavía más ya que así tendremos energía para centrarnos en otras cosas que… en más dinero.

Muchas personas que han conseguido acumular muchos bienes materiales caen en uno de estos dos extremos: O no quieren gastar ni un duro, ya que valoran el dinero más que cualquier otra cosa, o invierten mucho dinero en llevar la vida más lujosa que se pueden permitir. La sal para cocinar ahora tiene que ser sal del Himalaya, la mesa es de madera noble, y las alfombras son auténticas obras de arte importadas desde el lejano Oriente. El peligro que reside en las extravagancias es que estas personas rápidamente se vuelven insoportables. De repente ya nada es suficiente bueno como para que lo disfruten, así que se pasan la vida criticando a los demás.

El dinero, la solidaridad y la ciudadanía activa

Los estoicos postulaban una vida simple con un nivel “que no nos deje caer en la pobreza, pero que no esté demasiado alejada de ella” (según Séneca), para evitar que una vida en lujo te vuelva una persona insatisfecha. Resulta que la combinación entre vivir una vida simple y no darle demasiada importancia a lo que piensan las otras personas puede ser una de las razones por las cuales tendrás éxito en tu vida profesional. Gastando poco a la vez que contribuyes mucho (y a lo mejor ganas mucho) puede resultar en que sin quererlo, tienes más dinero a tu disposición de lo que necesitas.

Si consigues no caer en la tentación de utilizar el dinero para adquirir admiración y fama, entonces esta es la mejor situación para una persona estoica. Ahora puedes invertir el dinero en ayudar a otras personas o en mejorar la situación en tu barrio. El dinero en sí no es el problema, pero sí el uso que le haces y tu propia motivación por ello.

Lo que un(a) minimalista puede aprender de los estoicos

Si ya llevas una vida de estilo minimalista, entonces probablemente ya estas acostumbrado a vivir con pocas cosas. De la misma forma puede servirte para que revises tu relación con el dinero o con las cosas en general. Presumir de lo poco que tienes puede tener el mismo efecto negativo que ostentar las riquezas acumuladas,… cuando lo haces para impresionar a otras personas.

¿Qué significa ser rico para ti?

Inspirado en capítulo 15 de: “A guide to the good life”, Irvine (2009).


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Imagen: Todd Ehlers / flickr