La vida esta llena de situaciones estresantes. Estas son las reacciones de tu cuerpo cuando estás bajo una situación de estrés.
1. Señal de alarma
Cuando escuchas, ves o experimentas una amenaza, las señales nerviosas envían el mensaje al cerebro.
2. Detonante del cerebro
Las señales llegan a la amígdala, región cerebral que ayuda en la toma de decisiones y a regular la emociones. La amígdala alerta al hipotálamo, encargado de controlar la producción de hormonas.
3. Cascada de hormonas
La parte del sistema nervioso encargada de la acción rápida libera adrenalina. Mientras tanto, el hipotálamo produce la hormona liberadora de corticotropina, iniciando una secuencia que termina de la producción de cortisol, la hormona del estrés.
4. Mensajeros
El cortisol, la epinefrina (adrenalina), y otros químicos entran al torrente sanguíneo, viajando por el cuerpo.
5. La llave maestra
Casi todas las células en los órganos y tejidos están cubiertas con proteínas llamadas receptores de glucocorticoides. El cortisol encaja en ellos como una llave en una cerradura.
6. Respuesta
El cortisol eleva el azúcar en la sangre. La epinefrina hace al corazón latir, aumentando el oxígeno que fluye en los músculos.
Existen dos tipos distintos de estrés:
Estrés episódico agudo (a corto plazo)
Las amenazas inmediatas activan una respuesta de huir o pelear. Además de inundar el torrente sanguíneo con hormonas, el cuerpo libera pequeñas proteínas llamadas citoquinas, las cuales regulan al respuesta inmunológica.
No fue hasta la década de los 90, cuando Firdaus Dhabhar, un neuro-inmunólogo de la Universidad de Stanford, comenzó a estudiar su efectos, que los científicos comprendieron que el estrés agudo puede mejorar el sistema inmunitario.
Estrés crónico (a largo plazo)
Las molestias de cada día, como el exceso de trabajo o un trafico pesado, o crisis sostenidas como el desempleo a cuidar de un pariente enfermo, pueden provocar que el cuerpo active constantemente la respuesta al estrés.
El cuerpo y el cerebro no tienen la capacidad de reajustar las hormonas y lo químicos inflamatorios a sus niveles normales, dañando el sistema inmunitario, haciendo a la persona más propensa a las enfermedades.