
En realidad, la inmensa mayoría de las veces simplemente pasa por nuestro tracto gastrointestinal como cualquier alimento, sin pena ni gloria, pero a pesar del peristaltismo y los ácidos estomacales, la base del chicle no se digiere del todo y su valor nutricional, ya de por sí discreto, no nos aporta apenas sustancias de provecho.
"¿Qué ocurre cuando nos tragamos un chicle?" fue publicado originalmente el 8 de noviembre de 2016 en la Revista Intersanitaria Nacional Salus.