Para mi, la respuesta es sencilla. Los libros en mi opinión son maravillosos objetos que contienen una infinidad de mundos, de personajes, de historias en su interior. Mundos desde el más simple hasta el más complejo, capaces de hacerte viajar en el tiempo, soñar con tu príncipe azul o hablar con seres fantásticos. Realmente no puedo describir ese sentimiento tan precioso que hay en mi interior cuando leo un libro que verdaderamente me encanta. Ese complejo sentimiento que te hace vivir la historia como si fuese tuya, que te transporta hacia estos mundos idílicos hasta hacerte creer que existen.
Y por otro lado están los personajes. De protagonistas a secundarios, de buenos a malvados, de tranquilos a imparables, de cobardes a valientes. Todos ellos consiguen llegarte, hacerte sentir cosas que nunca antes habías sentido. Y cuando realmente consigues encajar plenamente con alguno de ellos, llegas incluso a verles el alma, a apreciarles por su interior y a relacionarte con sus demonios internos. ¿Sabéis que es lo que pienso? Que no hay nada más bonito que enamorarte de un personaje de un libro, pues sabes que es un amor real; los lectores no nos enamoramos de un exterior o de una sonrisa bonita, los lectores nos enamoramos de un alma, de una persona, con sus defectos y virtudes. Y eso, para mi, es lo más precioso del mundo.
Porque esa es la magia de los libros.Hacernos sentir vivos junto a unos personajes dentro de un mundo, de una historiaque ni siquiera existe.