Que todos los días sean San Valentín

Publicado el 12 febrero 2014 por Lou Perez @louretrohw
Mi ex me diría que si todos los días fueran San Valentín la monotonía le quitaría la gracia y no tendríamos la pasión de celebrarlo, igual que si vives en un lugar con un paisaje impresionante te acabas acostumbrando y con el tiempo no lo aprecias.
Quizás hay parte de verdad en lo que él diría, pero con un matiz: las cosas se vuelven monótonas o te acostumbras a ellas cuando dejas de prestarles atención, y esa es la clave.
Mirar por la ventana y que lo que ves sea aburrido depende de tus ojos, de tu motivación y de las ganas que tú le pongas a cada una de tus experiencias, y con San Valentín pasa lo mismo, así que insisto: que todos los días sean San Valentín.

visto aquí


Como en el post en el que hablo de la manera más productiva y menos estresante que he encontrado de comenzar el día, una de las cosas que he aprendido es que agradecer lo que uno tiene o experimenta es primordial para poder sacarle jugo al día, a todos los niveles: laboral, social, personal y emocional.
A mí me gusta levantarme pronto (ahora, que no siempre he sido así), me permite tener unos minutos para estar a solas y no lanzarme a las obligaciones y a los "to-do's" cual kamikaze. Reflexión, inmersión progresiva y motivación generosa son los tres mantras de mis mañanas.

imagen sacada de este blog


Todas las mañanas, sin excepción, le sirvo al vikingo el desayuno en la cama. La casa está en orden, mi cuerpo y mi mente están en orden y la motivación amorosa de la entrega se desarrolla sin impedimentos. Tengo mucho que agradecerle a este hombre y le amo como nunca he amado a nadie.Servirle el desayuno en la cama cumple varios propositos:
  • Alimentar mi motivación de servicio a mi hogar y a mi familia
  • Demostrar mi amor y agradecimiento a un hombre que me hace crecer cada día
  • Ayudarle a comenzar su jornada laboral de la mejor manera posible

fotos mías

   
Así es como comienza mi San Valentín cada día, tanto si hay que ir a trabajar como si no, porque cuando no va al trabajo él se pasa el día estudiando y creando proyectos para nuestro futuro.
No soy extremadamente romanticona ni de esas que de tan dulce empalaga, simplemente alimento nuestra relación pensando en él como alguien a quien querer, ayudar, apoyar, servir y motivar.
Él hace lo mismo por mí, de otras maneras, cada uno se entrega como sabe y como puede, pero lo que está claro es que la llama del amor se alimenta cada día y se alimenta dando, no pidiendo.
A ver, espera, no nos confundamos aquí, que si necesito algo lo pido y en general si es lógico y se puede, se me suele dar, lo mismo a la inversa!
Es todo cuestión de detalles, no de muestras puntuales si no de una actitud diaria. La motivación es la clave como he dicho antes y para conseguir esa motivación hay que alimentarla, no aparece sola... de hecho lo que aparece solo son las mil excusas para no hacerlo: no hay tiempo, no hay ganas, no sé cómo hacerlo, él ya sabe que le quiero, si ya me conoce, no hace falta, tengo otras cosas que hacer... bueno, pues para todos esos está el 14 de Febrero, a ver si entonces tenéis tiempo.

nosotros en el archipiélago de Estocolmo el pasado verano


También te digo que si tienes tiempo el 14 de Febrero en realidad tienes tiempo todos los días. El truco está en que tu organización y tus prioridades sean las adecuadas.
Un mensaje escondido en el bolsillo de su abrigo, su plato preferido para cenar un día en el que sé que ha tenido que lidiar con algo importante, un masaje cuando veo que se queja de la espalda, un "gracias" que no viene a cuento pero que tú sabes por qué lo dices...
San Valentín no es un día para celebrar, es un recordatorio en el calendario de lo que tu vida podría ser todos los días... te animas?
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