Comer suele constituir un placer en la mayoría de ocasiones, pero por desgracia, en muchas de ellas este “placer” se convierte en sinónimo de “obsesión”. Si eres de los que cada vez que están nerviosos o afectados por algún problema recurren a la despensa indiscriminadamente, atento/-a a los siguientes consejos:
1. Pan de centeno.
Por su alto contenido en vitamina B y magnesio, este tipo de pan ayuda a luchar contra estados de ansiedad y/o estrés, así que un par de rebanadas, especialmente tomadas justo en el momento en que sentimos el impulso de “tragar”, ayudarán a controlar el apetito.
2. Pavo.
El pavo, además de ser un alimento que casi no tiene grasas pero en cambio dispone de una cantidad importante de proteínas, proporciona nutrientes esenciales para elevar tu autoestima y mantenerte sereno.
3. Frutas jugosas.
Como la pera, el melón o la sandía, este tipo de frutas están constituidas en su mayor parte por agua, líquido que previene la sensación de hambre y ayuda a hidratarnos correctamente, factor importante pues la deshidratación estimula las ganas descontroladas de comer.
4. Alcachofa.
En este caso nos beneficiaremos de dos ventajas: por una parte, la alcachofa es uno de los vegetales más saciantes (por contener muchísima fibra), y por la otra, la propia alcachofa obliga a saborearla lentamente, por lo que comeremos más despacio.
5. Cápsulas homeopáticas.
Sin caer en medicamentos industriales, existen varias cápsulas y/o comprimidos naturales que disminuyen el apetito, especialmente tomadas antes de una comida principal. Entre ellas podemos citar las que contienen alga espirulina o glucomanano, entre otras.
Incluye estos 5 alimentos en tu dieta habitual y notarás como tu ansiedad por la comida mejora progresivamente. Para conseguir resultados más efectivos, prueba a seguir también otros consejos como el de tomar cinco comidas al día, evitar la compra de comida basura y distraer la mente practicando deporte.
Recuerda también que el cerebro tarda unos 20 minutos en asimilar lo que comemos.