Cada vez con sueldos más bajos y mayor precariedad laboral. Cada vez con mayores cargas de trabajo y ambientes laborales más espesos. Cada vez con enfermos más complejos y con situaciones biológicas, psicológicas, sociales y espirituales más difíciles.
Hay que estar un poco loco para ser enfermera, fisioterapéuta, psicólogo, farmacéutico o elegir medicina como salida profesional.
Y aun así, seguimos viendo como muchas chavalas y chavales eligen este camino.
No soy imparcial. Creo que se puede ser feliz desarrollando una vocación laboral que acompañe, cuide y trate personas en tiempo de enfermar.
También que si se maltratan estas profesiones lo pasaremos mál cuando necesitemos ser cuidados.