Esa es una expresión que puede resonar diferente en cada uno pero que, en general, todo el mundo se ha planteado alguna vez.
Estamos diseñados para el movimiento y nuestro cuerpo, como si de una máquina se tratase, funciona mejor cuanto más se utiliza. De lo contrario comienza a acumular grasa, a oxidarse, o se anquilosa pudiendo hasta enfermar.
Beneficios del ejercicio
Todos los profesionales de salud están de acuerdo en que el ejercicio es un factor muy significativo para mejorar nuestra salud. Un jefe de servicio de Cardiología me comentaba en un congreso de bienestar laboral, que sus pacientes hipertensos, con colesterol elevado, etc. presentaban una mejoría en estos valores en cuanto introducían el ejercicio en sus rutinas y eso se reflejaba en su analítica.
Pero esto no sirve únicamente cuando hay enfermedades, cualquier persona puede mejorar su resistencia, niveles de energía diarios y su bienestar mental tan solo con introducir una rutina de ejercicio en su vida. Además, el cerebro también se entrena con el ejercicio, las conexiones neuronales se activan y se facilita la liberación de endorfinas que mejoran el ánimo.
¡Quiero comenzar!
A parte de todo lo “bueno conocido” del deporte la parte mas difícil suele se la de ponerse a ello con voluntad. Por ello, y sobre todo por si somos novatos, la primera pregunta que surge es: ¿Cómo empezar a hacer ejercicio?
Comenzar un deporte y encontrar la actividad que nos guste, no es algo que se descubra a la primera, pero antes de hacerlo quiero proponeros un sencillo ejercicio para comenzar con buen pie:
En primer lugar, toma conciencia de tu cuerpo:
Tomar conciencia de mi propio cuerpo significa reconocer que estoy diseñado para el movimiento, pero que quizás he vivido como un autómata. Simplemente me he desconectado de mi cuerpo. El primer paso por tanto, es reconectar con él. Para ello hazte estas preguntas:• ¿Cómo te sientes a día de hoy en tu cuerpo?
• ¿Recuerdas cuantas experiencias te ha permitido vivir, cuantos lugares has podido conocer, cuantas personas has podido ayudar, etc.? ¿Que agradeces a tu cuerpo?• ¿Qué grado de agilidad, flexibilidad notas ahora?
Formas prácticas para tomar conciencia del cuerpo
Respira inspirando hasta lo más profundo, sintiendo como se infla tu abdomen y expulsa lentamente el aire. No fuerces.
Sin parar estas respiraciones continúa con la siguientes hasta 5 veces más.
• ¿Qué sensaciones encuentras?
Mientras te concentras en esas respiraciones vete repasando cada parte de tu cuerpo desde los pies hasta la coronilla, parándote en cada extremidad, cada órgano, cada sistema de tu cuerpo.
• ¿Identificas alguna tensión, dolor, entumecimiento en alguna parte concreta de tu cuerpo?Escucha las respuestas: Tu cuerpo está íntimamente conectado con tu mente
Conforme realices este escáner corporal irás obteniendo respuestas más racionales. Respuestas como “necesito dormir mejor”, “siento un cansancio desmesurado”, “nunca me muevo, me duele la espalda y el cuello”, “siento mis piernas entumecidas”, etc. Recibe cualquier pensamiento desde esa posición de escucha.
• ¿Qué te está pidiendo tu cuerpo?
Tal vez mover tus piernas o relajar tus hombros y liberar la tensión, tal vez sea saltar, etc.
Ten en cuenta que si hace tiempo que no haces ejercicio no te puedes exigir mucho al principio.
Aclimátate lentamente y toma la decisión de comenzar por lo más simple:
• Quizá salir a caminar 20 minutos 3 o cuatro veces a la semana• Realizar algunos estiramientos durante unos cinco minutos,• Comienza a subir y bajar escaleras, ir andando a tus recados, etc.
Tu cuerpo es una maquina perfecta y en cuanto ejercitas esta toma de conciencia y atiendes sus necesidades, notarás la rapidez de sus respuestas.
Tomar conciencia de tu cuerpo te anima a comenzar a cuidarse.¿Como te sientes? ¿Que bloqueos has descubierto? ¿Que actividad estas necesitando?