me tengo que marchar,
y no pensar en nadie
sería una crueldad.
Quiero dar mis órganos
y me tienes que ayudar,
que alguien vea la luna
y del sol su claridad.
¡No me falles madre!
y regala tu bondad,
será duro el detalle
pero bello tu despertar.
Tú y yo somos buenos
lo vamos a demostrar,
daremos nuestra copa
y amor para brindar.
Es un acto de nobleza
darle vida a los demás,
y curarles las heridas
que dañó la tempestad.
Cuando nos retiremos
a un jardín a soñar,
regalemos las manos
con nuestra felicidad.
CON CARIÑO A LOS DONANTES.
ANTONIA NAVARRETE LEBRATO MARZO 2012
Ana Hidalgo