Uvas que siempre han existido en el Maresme, también la picapoll. En los últimos años se ha hecho quizás más famosa por el excelente trabajo hecho en la DO Pla de Bages, pero es, sin duda, una variedad de costa y de mar, desde Tarragona hasta la AOC Coteaux du Languedoc, con su picpoul-de-Pinet. Es una uva de hollejos duros, bajo rendimiento y acidez alta, apta para suelos muy pobres, pero difícil de trabajar y de sacarle brillo. Quim y Xavi lo han hecho, a fe que lo han hecho. En realidad, todos sus vinos monovarietales hablan de territorio, de mar, de foranell y de sablón, pero de una forma que (por desgracia) casi nos sorprende: cada uno de ellos desde su carácter muy varietal. Buscan la maduración casi al límite, vinifican con las pastas, trabajan con las lías y no usan la madera. A pesar de ello, los vinos desarrollan una complejidad grande, en una combinación poco usual de aromas primarios de la uva, secundarios de la fermentación con hollejos y terciarios, del reposo del vino en inox y en botella. Y con 12%... Me tienen fascinado, lo confieso. De este picapoll 2010 hay sólo 1800 botellas (la mía, la 1480). La mar salada. La manzana algo madura en nariz pero ácida y verde en boca. Dondiego de noche. Jazmín. Botón de arándano. Retama en flor. Ese inconfundible aroma de las pastas y la levadura. Muy vegetal y, al tiempo, con un buen toque de granito. Buqué garní, sobre todo laurel. Madera al sol. Jabón de Marsella. Sequedad y carácter. Frescor de hierbaluisa. Gran complejidad (como sus hermanos: ahora mismo, la garnacha blanca 2008 está muy atractiva). Larga vida. Por 12€...
Uvas que siempre han existido en el Maresme, también la picapoll. En los últimos años se ha hecho quizás más famosa por el excelente trabajo hecho en la DO Pla de Bages, pero es, sin duda, una variedad de costa y de mar, desde Tarragona hasta la AOC Coteaux du Languedoc, con su picpoul-de-Pinet. Es una uva de hollejos duros, bajo rendimiento y acidez alta, apta para suelos muy pobres, pero difícil de trabajar y de sacarle brillo. Quim y Xavi lo han hecho, a fe que lo han hecho. En realidad, todos sus vinos monovarietales hablan de territorio, de mar, de foranell y de sablón, pero de una forma que (por desgracia) casi nos sorprende: cada uno de ellos desde su carácter muy varietal. Buscan la maduración casi al límite, vinifican con las pastas, trabajan con las lías y no usan la madera. A pesar de ello, los vinos desarrollan una complejidad grande, en una combinación poco usual de aromas primarios de la uva, secundarios de la fermentación con hollejos y terciarios, del reposo del vino en inox y en botella. Y con 12%... Me tienen fascinado, lo confieso. De este picapoll 2010 hay sólo 1800 botellas (la mía, la 1480). La mar salada. La manzana algo madura en nariz pero ácida y verde en boca. Dondiego de noche. Jazmín. Botón de arándano. Retama en flor. Ese inconfundible aroma de las pastas y la levadura. Muy vegetal y, al tiempo, con un buen toque de granito. Buqué garní, sobre todo laurel. Madera al sol. Jabón de Marsella. Sequedad y carácter. Frescor de hierbaluisa. Gran complejidad (como sus hermanos: ahora mismo, la garnacha blanca 2008 está muy atractiva). Larga vida. Por 12€...