Joaquín Salvador Lavado Tejón, al que llamaron Quino para distinguirlo de su tío Joaquín que era pintor y diseñador gráfico y junto con quien el creador de Mafalda descubrió su temprana vocación como humorista gráfico, le fue concedido ayer el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014.
No creo que nadie se atreva a poner en duda tal merecimiento, basado en el “enorme valor educativo” y “dimensión universal” de sus obra.
Todos conocemos a la pequeña contestataria Mafalda que con tan solo seis años piensa con más sentido común que muchos adultos. Y a Felipe, su primer amigo, un tierno soñador permanentemente angustiado. Y a Manolito, el más práctico de la pandilla cuya meta es parecerse a su ídolo Rockefeller. Y a Susanita, bastante follonera que intenta hacerse notar en cuanto puede. Y a Miguelito, el amigo mas pequeño y por tanto, que más mete la pata cuando se expresa. Y a Libertad, que intenta sorprender a sus amigos con sus conocimientos, aunque no siempre lo logra. Y a sus padres y su chiquito hermano Guille. Todos ellos forman una entrañable comunidad de donde se intuye la otra faceta de Quino, la de pensador.
Los títulos bajo los que se han ido publicando las historias de Mafalda y los pensamientos mordaces e irónicos de sus creador son numerosísimos:
- ¿Quién anda ahí?
- Quinoterapia
- Todo Mafalda
- Mafalda todas las tiras
- ¡A mí no me grite!
- Humano se nace
- Mafalda inédita
- Potentes, prepotentes e impotentes
- Yo no fui
Y muchos más que os animamos a leer porque además de pasar un buen rato, seguramente nos hará pensar. Y nos os olvidéis de los niños a los que también les gusta Mafalda. Os dejamos estas palabras de Quino: “Tengo muy clara cual es mi mayor bondad. Cada día muchos padres me agradecen que, gracias a Mafalda, sus hijos empezaron a leer. Eso es lo mejor que he hecho en mi vida. El humor que he dibujado ha servido para algo”
Hoy teníamos que hablar de él.
¡Feliz jueves!