Seguramente la quínoa es el cereal (o mejor dicho, pseudocereal) que más he utilizado en las recetas de este blog. Y no me extraña, porqué es también uno de los alimentos que más como. Tampoco es que coma quínoa cada día, pero sí lo hago seguramente una vez a la semana y la verdad es que me encanta.
La quínoa es un pseudocereal muy rico en proteínas vegetales y tiene muchas propiedades para nuestra salud. Aunque en España aún no es muy popular poco a poco se va introduciendo en las dietas y el mercado y cada vez es más fácil encontrarla en los supermercados.
Lo bueno de la quínoa es que se puede preparar el día anterior y dejarla en la nevera. De esta manera, sólo tenemos que preparar unas verduras o lo que sea con lo que la queramos acompañar y listo. También se puede añadir a sopas, ensaladas o incluso hacer masa de pizza con ella (eso aún tengo que probarlo y cuando lo haga subiré por aquí la receta! 😉 )
Aquí abajo os dejo los ingredientes y las instrucciones
Ingredientes:
(para 3 personas)
- 1 taza o 170gr de quínoa
- 3 tazas o 750ml de agua
- Champiñones (al gusto)
- Espinacas (al gusto)
- 1 cucharadita de mostaza antigua
- 1/3 de taza o 85ml de leche de avena
Instrucciones:
Ponemos tres veces la cantidad de agua que de quínoa a hervir y aparte dejamos la quínoa en remojo (con otra agua). Si lo medimos en tazas, la medida serán tres tazas y si lo hemos medido en gramos calculamos que haya tres veces más de agua que de quínoa. Según mis medidas serían unos 750 ml de agua.
Cuando el agua esté hirviendo colamos la quínoa, la añadimos al agua hirviendo y dejamos cocer a fuego medio-bajo unos 10-15 minutos. La quínoa debe lavarse para evitar que quede amarga.
En una sartén, salteamos los champiñones y las espinacas con un poco de aceite de oliva. Si vemos que se quedan sin aceite podemos añadir un poco de agua para que no se peguen sin tener que añadir más aceite.
Cuando los champiñones y las espinacas estén hechos, añadimos una cucharadita de mostaza a la antigua y la leche de avena y removemos. Podemos ir añadiendo mostaza y/o leche hasta que quede la consistencia y gusto que más nos guste. Con las proporciones que yo utilicé sale una salsa suave pero rica en sabor.
Apagamos el fuego, añadimos la quínoa y ¡listo!
Espero que os haya gustado y la probéis pronto.