¿Lucir una piel más bonita, reducir los signos del envejecimiento, las ojeras, aumentar la luminosidad del rostro…? ¡Corre, vete a dormir! Dormir es lo que mejor le sienta a tu piel. Un descanso adecuado es el mejor cuidado que puedes regalarle a tu cutis, y te contamos por qué.
El organismo se regenera
Cuantas más horas de sueño, mayor será la regeneración de los daños que tu piel pueda haber sufrido. La hormona del crecimiento se crea durante el sueño en los cuerpos adultos, y es la responsable de la creación de colágeno, componente que reafirma la piel, retrasando el envejecimiento. ¡Como lo oyes! Con unas dosis de sueño reparador de manera regular, atenuarás los efectos naturales del paso del tiempo en tu piel.
Nada nuevo: ¡ojeras!
No es nada fuera de lo común oír que, cuanto menos dormimos, más se acentúan nuestras ojeras. Es un hecho conocido por todos, ¿pero sabes a qué se debe? La falta de descanso propicia que los capilares sean mucho más visibles bajo los ojos, creando esos antiestéticos círculos oscuros que tantas veces hemos observado frente al espejo. ¡Descansa adecuadamente e irán disminuyendo!
Retención de líquidos
Sí, cuando no descansamos, los líquidos no se drenan. El cuerpo es sabio, y aprovecha las horas del sueño para realizar su mantenimiento habitual. Mientras dormimos, nuestro organismo drena líquidos, y la consecuencia de no descansar lo suficiente, al día siguiente, será un aspecto algo más hinchado del habitual. ¡Si notas tu figura ligeramente más hinchada de lo usual, puede que se deba a que no has dormido las horas suficientes!
Renovación celular
Cada poco tiempo, las células cutáneas se renuevan. Las viejas nos abandonan y dejan paso a las nuevas, proceso que se produce primordialmente durante las horas de sueño. ¡Descansa adecuadamente o tus células viejas no te abandonarán!