En esta ocasión he utilizado los cuadernos del curso pasado de mi hijo que estaban a medio terminar. Así que he decidido hacer un cuaderno con trozos de cuadernos.
Les he quitado la espiral con un poco de paciencia y he reciclado el papel ya escrito. Al final lo he reunido todo en un sólo cuaderno, he usado unas de las tapas plásticas y le he puesto tres argollas.
No me he puesto a contarlas pero me ha salido un cuaderno de unas 120 hojas, que de otro modo hubieran terminado en la bolsa de reciclar papel.
Es tan tan sencillo que no hay excusa para no hacerlo