La ira del Fénix es una novela dinámica, intensa, envolvente y enigmática, como mejor forma que su autor ha encontrado para combinar las pasiones en las que difuminarlas iras y las ilusiones de nuestro día a día, y lo hace a través de toda una suerte de escondrijos en los que guarecer los interrogantes que nos plantea. En este sentido, Rafa Melero nos sumerge con gran acierto en el arte del suspense de la novela negra para no soltarnos hasta el final, siendo esa una de las grandes cualidades de esta historia que, centrada en lo que se conoce como procedimiento policial, esboza con la perfección del mejor de los cirujanos, las acciones interiores y psicológicas de los personajes y sus diferentes motivaciones, así como, sus manifestaciones externas en forma de comportamientos. Todo está planteado como si el autor nos hiciera caminar por las cenizas de una hoguera aún caliente hasta obligarnos a sentir el verdadero dolor sin que por ello nos provoque la necesidad de gritar, porque para eso está el narrador y esa sensación de aparente autocontrol que recorre cada una de las acciones de este nuevo héroe de la novela policiaca llamado Xavi Masip que, no se sabe muy bien como, analiza y ve aquello que nadie más que él es capaz de discernir tanto en el escenario de los crímenes como en la vida real. Esa asombrosa capacidad de observación es la misma que siempre se le presupone a un escritor, de ahí, que esa simbiosis milagrosa y portentosa a la vez, nos dan las primeras pistas del buen hacer literario de Rafa Melero.
El mito dentro de la literatura, y la metaliteratura, también se dan la mano en esta historia, y junto al fuego y sus diferentes manifestaciones, forman otro de los soportes formales y literarios ligados a la misma, logrando con ello esa perfecta unión de la novela con la tradición mediterránea en la que, por ejemplo, el fuego está tan presente. En este sentido, no se nos debe olvidar que La ira del Fénix es chispa, combustión, llama y cenizas, en una sucesión de pulsos literarios que no nos van a dejar indiferentes y que van a conseguir mantener la atención de todos aquellos que se acerquen a esta primera novela de Rafa Melero Rojo; un debut literario que no lo parece, pues de una forma asombrosa nos invita a desentrañar los enigmas de la autodestrucción como solo lo saben hacer aquellos que conocen de verdad el alma humana.
Ángel Silvelo Gabriel.