Razones para la indignación

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Me escribe un lector habitual del blog y los libros. Catalán, maestro de profesión, de 52 años. Resumo y edito sus palabras:

Ante la campaña mediática de desprestigio que se viene desarrollando en contra de los indignados del 15-M cabe preguntarse ¿cuantos indignados hay en España en 2011? El otro día, haciendo zapping por la TDT de la derecha española, apenas la hay de izquierda, por lo que la información es completamente sesgada, me encontré con varios debates en los que se hablaba desaforadamente de la violencia en contra de los diputados del Parlament catalán el pasado 15 de junio de 2011 por parte de los indignados del 15-M.

Yo realmente no vi tanta violencia como decían, puesto que no hubo heridos entre sus señorías, quizás alguno en su amor propio. Algunos gritos, alguna colleja como se le da a un alumno que no hace sus deberes diciéndole aquello de “¡espabila!”, algún insulto pero, nada del otro mundo. Estoy de acuerdo en que ni eso tenía que haber ocurrido. Pero, claro, como el señor Felip Puig, Conseller d’Interior de la Generalitat de Catalunya, había preparado un dispositivo de seguridad que hacia aguas por todas partes… a quién se le ocurre hacer venir a pie a sus señorías precisamente el día en que había una convocatoria de manifestación en contra de unos presupuestos despiadados llenos de recortes. Será una chapuza más de este inefable personaje, como el hundimiento del barrio del Carmel o la carga policial en Plaça Catalunya. ¿O había sido premeditado? ¿Qué diputados o miembros del Govern llegaron en helicóptero? Respuesta: los de CiU y algún miembro destacado de la oposición. ¿Qué diputados tenían que llegar a pie? Respuesta: los demás. Siempre hay clases.

Además corren por Internet videos de “mossos” camuflados entre los manifestantes, sin hablar ya de las declaraciones de una de las personas más respetables de este país, el señor Arcadi Oliveres, presidente de “Justicia i Pau” y miembro del consejo asesor de ATTAC, en las que hace mención de hechos similares en otras ocasiones. Posiblemente le caiga una querella.

En fin, quizás no lo sepamos nunca o puede que sea una teoría de la conspiración más de las que andan por ahí. Pero lo que sí se sabe es que, aunque en los debates mencionados se siga comentando que dos o tres mil indignados concentrados en las plazas de toda España no son representativos, el nivel de indignación entre los ciudadanos es alarmantemente alto.

¿O acaso 5.000.000 de parados sin solución a corto plazo no están indignados?¿ O tal vez 900.000 jóvenes en el paro, que ya piensan en salir del país a buscarse la vida no están indignados, al igual que 1.500.000 universitarios, número en caída libre, afectados por el plan de Bolonia que les triplica las tasas universitarias? Con tanto joven parado y aún hay alguien que pretende alargar la vida laboral.

¿O quizás 11.000.000 de mileuristas incluidos en los 15.500.000 asalariados españoles no están indignados por soportar sueldos muy por debajo de la media europea? ¿Y los 1.933.000 trabajadores autónomos y los 3.283.495 pequeños y medianos empresarios, que son los que crean empleo efectivo, no están indignados por la falta de crédito? ¿Qué me decís de los 8.749.054 pensionistas que tienen congelada su pensión y que esperan aterrados e indignados el inminente descenso de un 5% a finales de año?

Los 3.100.000 indignadísimos empleados públicos ya tienen un 5% de descuento en su sueldo y también esperan otro 5% a principios del año que viene, a parte de la congelación por cuatro años. Hablemos de palabras mayores, 47.021.031 consumidores ven indignados la subida de impuestos como el IVA para incluso libros y productos culturales sin hablar de la indignante e inoportunísima Ley Sinde. Como inoportuno es pretender arreglar los déficits del país en plena crisis económica.

¿No creéis que los 17 424 201 afiliados a la seguridad social no se van a indignar ante la merma de prestaciones sanitarias, cierres de alas hospitalarias, listas de espera interminables y concentraciones de servicios de urgencias y cirugía?

Comentemos también los indignados sentimientos de 14.100.000 familias españolas que ven perder el cheque bebé, la ley de dependencia, la disminución de los permisos por nacimiento, el carné de familia numerosa y además contemplan la precariedad de la educación pública por falta de recursos. No nos olvidemos de las 300.000 familias desahuciadas en lo que va de crisis.

Y dentro de los ámbitos más vergonzosos e indignantes, el trabajo esclavo que se ven obligados a desempeñar 4.000.000 de trabajadores en la economía sumergida, sin seguridad social, sin vacaciones, sin continuidad. Lo tomas o lo dejas. ¿No pensáis que estarán indignados los 9.000.000 de españoles que viven por debajo del nivel de la pobreza?

Suma y sigue…

Es obvio que sumar estas cantidades para saber cuántos indignados hay en España no es del todo matemáticamente exacto, porque seguro que algunos estarán incluidos en más de uno de los ámbitos descritos. Pero ¿no es más cierto que la intensidad de la indignación será doble o triple en función de la inclusión en uno o más de ellos? Por tanto vamos a calcular todos los casos y vamos a descubrir que la indignación en España es equivalente a 143.410.781 o sea, ciento cuarenta y tres millones cuatrocientos diez mil setecientos ochenta y un indignados.

¿Qué? Éramos pocos y …

Y yo os digo que por mí, esos tres mil o cuatro mil chavales y no tan chavales que hay en las plazas, SÍ nos representan. Porque muchos no podemos estar allí por diversos motivos. Pero reciben todo nuestro ánimo y apoyo incondicional.

Y, para acabar, con el nivel de indignación que hay en este país, no es extraño que alguno pierda los papeles, porque ellos, los políticos al servicio de los grandes empresarios y los grandes banqueros ni siquiera nos han hecho un guiño, una mínima concesión. Ellos siguen a su rollo como si no existiéramos. Y de alguna manera tenemos que hacernos notar.