Razones para no bañar al recién nacido las primeras 24 horas de vida

Por Pepaj @pepajcalero

Doce horas después del nacimiento de Pedro, una mujer no cesaba de protestar porque aún no habían bañado a su nieto. Posponer el primer baño del recién nacido, es una de las medidas que se lleva a cabo dentro de los cuidados del bebé.

Y es que desde el año 2004 la OMS, Organización Mundial de la Salud, recomienda retrasar el baño del recién nacido hasta pasadas las primeras 24 horas de vida.

La piel de un bebé tan suave y apacible es también la más sensible y vulnerable. Por ello se recomienda retrasar su primer baño e incluso espaciar la frecuencia de los mismos.

Aquí os dejo una serie de razones para ello:

  • Evitar dañar su delicada piel. La piel del recién nacido es 40 a 60% más delgada que la de un adulto. Un recién nacido es más susceptible a infecciones, irritaciones de la piel y pérdida de agua.
  • Los niños no nacen sucios. Se puede limpiar aquellas partes de su cuerpo que estén manchadas de sangre u otra sustancia.
  • No existen razones médicas para bañar a un bebé en las primeras horas.
  • Para evitar la hipotermia neonatal o disminución de la temperatura corporal tras el baño. El pecho de la madre posee la capacidad  de enfriar o calentar la piel de su hijo, regulándola de forma adecuada y eficaz.
  • Tener el orgullo y la satisfacción de ser tú, tú pareja o alguien cercano, quien le deis su primer baño.
  • Ayudar a que el pequeño se sienta protegido. En el hospital se lava, no se baña y ese lavado con ducha es lo menos parecido y recomendado a un relajante, tranquilo y placentero baño por inmersión.
  • Evitar interferir entre el bebé y su madre en el proceso de adaptación extrauterina.
  • El baño lava el manto protector natural de la piel del recién nacido. Esta barrera protectora es rica en emolientes, proteínas y antimicrobianos. Al lavarlo exponemos su piel a la colonización de microorganismos hospitalarios.
  • Preservar el Vernix gaseoso o unto sebáceo. Un material asombroso, mágico,  graso blanquecino que cubre el cuerpo,  dorso, cuero cabelludo y pliegues. Entre sus maravillosas propiedades se encuentran: barrera anti-microbiana, ayuda en la formación del manto ácido de la piel que inhibe el crecimiento de bacterias patógenas, propiedades antioxidantes, mantiene el balance hídrico de la piel, permite una colonización bacteriana por flora normal  y posee propiedades limpiadoras y curativas.

En resumen, durante las primeras horas podéis frotar suavemente el vernix para que se absorba de forma natural. Algunos autores hablan de posponer el baño hasta la caída del cordón umbilical, limpiarlo con esponja  y sobre todo, bañar al bebé tres veces a la semana durante su primer año.

Esta obsesiva manía que tenemos de mantener una higiene excesivamente escrupulosa está relacionada con la aparición temprana de alergias y con la posibilidad de que los niños con tendencia a la dermatitis, la desarrollen por un lavado excesivo y en ocasiones innecesario de los más débiles.

El doctor Marcel Íbero, presidente de la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica, apunta que “en un ambiente de asepsia, con ausencia de gérmenes, rodeados de una higiene excesiva, con tanta esterilización como hay, vacunados de todo y sin riesgo de infecciones, se provoca que su sistema inmunológico no active el mecanismo de defensa, sino que se favorezcan las alergias”.

Aquí os dejo un enlace de una publicación aparecida en  Matronas Profesión 2013; 14 (4 Supl): 1-50. Guía de cuidados de la piel del recién nacido y del bebe. Recomendaciones basadas en la evidencia y en la práctica clínica

http://www.codita.org/files/dpf/formacio/guies_documents/Guia_de_consenso_DEF.pdf

Y un par más de referencias por si queréis ampliar esta información.

http://www.healthychildren.org/English/ages-stages/baby/bathing-skin-care/Pages/Bathing-Your-Newborn.aspx

http://www.who.int/maternal_child_adolescent/documents/guidelines-recommendations-newborn-health.pdf


Archivado en: Recién Nacido Tagged: Baño del recién nacido, Retraso en el primer baño del bebé