El proyecto de intervención de la única Plaza de Toros de Uruguay, elaborado conjuntamente entre la Intendencia de Colonia y Sitio Arquitectura, se presentó en marzo de este año bajo la propuesta de reconstruir uno de los Monumentos Históricos Nacionales más icónicos de nuestro país. La inversión está valuada en 5.000.000 de dólares, que serán financiados por la intendencia, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con la finalidad de ampliar la oferta turística en la localidad a través de espectáculos musicales, culturales, gastronómicos y deportivos.
La antigua Plaza de Toros del Real de San Carlos se construyó en tal solo un año y fue inaugurada en enero de 1910, impulsada por el empresario naviero Nicolás Mihanovich para establecer el primer servicio de conexión entre Colonia y Buenos Aires.
A 108 años de aquellos intentos por estimular el turismo de un lado al otro del Río de la Plata, el arquitecto Fernando Pereira Figuerón lidera el proyecto de su firma Sitio Arquitectura, tras haber resultado ganador de una convocatoria abierta para reconvertir el espacio en un paseo cultural con capacidad para más de 2.000 visitantes.
Con vasta experiencia en obra de edificios patrimoniales como la Casona Mauá, Pereira nos cuenta de primera mano cuáles son las exigencias de este desafío que invita al diálogo entre la historia y la contemporaneidad.
¿Cómo fue el camino a la realización del proyecto?
Lo primero que se hizo fue un llamado a consultoría para la reconsolidación de la plaza a nivel estructural, que fue ganado por unos consultores catalanes en 2015, encargados de hacer todo el relevamiento del estado actual, el informe de patologías y el proyecto tanto de la estructura metálica como de la parte de ladrillo. De ahí, se llegó a la conclusión de que era necesario reconstruir el cilindro de ladrillo por un tema de modelaje de vientos, y después, vincular las estructuras independientes. Luego, la intendencia hizo otro llamado de consultoría pero para hacer el plan de gestión, el plan estratégico y el plan económico, impulsado por la empresa KPMG que dio lineamientos de qué actividades se podrían desarrollar, cuál es el nivel de inversiones y la tasa de retorno. Cuando KPMG entregó el informe en 2017, se abrió una licitación para el llamado a construcción y ganamos nosotros. Comenzamos a trabajar en octubre siguiendo sus premisas a nivel de viabilidad y se resolvió la implementación de un centro de convenciones, un museo y un espacio cultural y gastronómico.
¿Cuál es el principal objetivo del proyecto?
La Intendencia de Colonia quiere refuncionalizar un tercio de la plaza, es decir, destinar únicamente esa superficie para la realización de espectáculos y eventos, ya que el aforo es demasiado grande para el tipo de actividades que podría llegar a tener Colonia. La idea es poder tener espacios complementarios al casco antiguo para derramar el turismo en la zona, generar un polo de actividades complementarias al centro histórico y poder tener una oferta de espectáculos y entretenimientos diferentes. Luego, el desafío estará en que haya una consistencia en la parte de gestión para llevar adelante todo lo que se está proyectando porque se trata de una oportunidad que puede llegar a ser muy interesante para los dos públicos, tanto para el uruguayo como para el argentino. El plan estratégico de KPMG es bastante consistente de la versatilidad que puede tener la plaza, incluyendo ferias, exhibiciones, recitales, exposiciones, lanzamientos.
¿Por qué solo se habilitó un tercio de la remodelación?
Lo del tercio es una decisión que tiene que ver con la perspectiva patrimonial. La intendencia quería que se leyera una parte del edificio, y a eso también le siguen razones de presupuesto como para disminuir el gasto. Se considera que esa área de un tercio seria para recibir 2500 personas, un número muy significativo para el departamento. La única discrepancia es en algunos procedimientos constructivos, ya que habrá que evaluar si es posible dejar expuestas esas ruinas al público, manejar correctamente la señalización de los espacios y demás.
¿Cuál fue el punto de partida para comenzar a trabajar?
Cuando nosotros llegamos, si bien teníamos que analizar el proyecto ejecutivo, también intentamos evaluar el funcionamiento. La idea es que en el ruedo se desarrollen diversas actividades culturales, musicales, deportivas… La superficie será de césped (no de arena) y lo que sí estuvimos estudiando fue la acústica, el paisajismo y la seguridad para ver qué tipo de espectáculos funcionarían. Así llegamos a la conclusión de que estaría bueno habilitar un ruedo para algunos espectáculos que la intendencia quiera llevar adelante.
¿Es habitual este tipo de proyectos de plazas reconvertidas en Latinoamérica?
En el Cono Sur, no. A nivel de Latinoamérica hay muy pocas y están de Bolivia para arriba, Ecuador, Colombia, México. Nosotros estudiamos algunas, sobre todo de España, donde hay muchos ejemplos de plazas reconvertidas increíbles.
¿Con cuántos asesores trabajaron para abordar el proyecto?
La parte fundamental era de tradición patrimonial porque es Monumento Histórico, así que para eso trabajamos con Felicidad París, una argentina que dio soporte teórico al tema, y aprovechamos mi formación de diplomado en patrimonio. Luego tenemos a Ramiro Chaer en la parte de estructura, Gonzalo Fernández en acústica, la gente de Dica en sanitaria, Javier Sande en la parte de migración, Nombre Apellido en eléctrica, Nombre Apellido en paisajismo, y la Constructora Oicos en la parte de pliegos. También está Eduardo Pezzani que es un arquitecto asociado, encargado de coordinar un poco la interna del proyecto. Es un equipo lo suficientemente grande.
¿Tuviste oportunidad de ver los antecedentes de la plaza?
Sí, contamos con material fotográfico para ver todo lo que era el funcionamiento principal de la plaza y con anécdotas muy interesantes sobre los espectáculos y la previa del público. Trabajamos con algunas bases, aunque falta un trabajo de investigación histórica un poco más profundo. Nosotros estamos haciendo una investigación histórica con Marcelo Martin, un arquitecto argentino que hace 20 años está dando clases en España y se dedica a interpretación patrimonial, apoyándose en datos históricos para tratar de generar diversas estructuras de relatos según los públicos a los cuales va dirigido. El procedimiento de una interpretación patrimonial es hacer un estudio histórico y a través de eso cruzar relatos y lecturas, y en función de esa interpretación, generar alternativas de contenidos, preparar guías, material del museo, etcétera.
¿Qué habrá en el museo?
Aún no está definido quién manejará la parte museística y sus contenidos, pero en vez de ser un museo taurino se hará hincapié en la historia de Mihanovich y de todo el barrio.
¿Qué repercusión han tenido desde el anuncio?
En Colonia, ha sido muy positiva la respuesta pero la verdad es que estamos tan metidos en terminar que no hemos indagado mucho. Pude ver que en El País hubo una encuesta sobre qué le parecía a la gente y el resultado fue de un 98% de aprobación. Había habido varios amagues de capitalizar esto pero no sé si habían llegado tan lejos.
A nivel estructural, ¿ustedes afectan lo que es la parte de cimentaciones existente o eso está seguro?
No, si bien creamos un sistema circulatorio nuevo de escaleras metálicas es algo bastante superficial. No podemos andar tocando mucho porque es un Patrimonio Histórico. Para encarar el armado, la única forma que encontramos de que este proyecto quede documentado fue trabajarlo en 3D y hacerlo en el sistema BIM, que nos permite tomar decisiones proyectuales y obtener planos y metrajes. Queremos lograr que la galería y la plaza se integraran para que de pronto algunas actividades transitorias podrían desarrollarse simultáneamente, y ver alguna vuelta para la fachada. La idea es darle un protector incoloro a esos ladrillos de color bien amarillento, pero no estamos seguros de que eso a largo plazo no tenga deterioro.
La reconstrucción de la Plaza de Toros de San Carlos no solamente permitirá descentralizar la actividad comercial y cultural como atractivo turístico de Colonia, habilitando al público un espacio de disfrute accesible para todos, sino también marcar un precedente que da luz a un ícono arquitectónico hasta ahora olvidado. Retomar la tradición para llevarla a lugares contemporáneos es una apuesta acertada en el camino hacia visibilizar el abanico de increíbles espacios de gran valor histórico que aún no han acaparado la atención que merecen para volver a formar parte de nuestro mapa cultural.
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