Tener una vida activa es sinónimo de bienestar, energía y longevidad. En la actualidad, son muchos los ejemplos que demuestran que practicar deporte con frecuencia constituye uno de los actos más saludables para conseguir que nuestro cuerpo se mantenga con el paso de los años.
Además de mejorar la musculación y de activar el buen humor, existen un sinfín de enfermedades que pueden reducir su empeoramiento o incluso su riesgo de aparición con el simple hecho de caminar media hora cada día. Por este motivo, si padeces algún tipo de afección cardiovascular, es indispensable que conozcas en qué puede beneficiarte la realización de ejercicio físico.
¿Por qué es tan importante practicar deporte con regularidad?
Un cuerpo ágil y dinámico es también un cuerpo sano. Y es que uno de los principales factores por los que se aconseja llevar a cabo una actividad física regular es por la repercusión que ésta tiene sobre el tono y la masa muscular. Además de evitar problemas posturales y muchos dolores de espalda, que en ocasiones derivan de nuestro trabajo diario, podemos aumentar la densidad ósea de los huesos y protegerlos de un envejecimiento prematuro.
La práctica de ejercicios de estiramiento influye directamente sobre el funcionamiento muscular y esquelético de nuestro organismo, por lo que es importante que los realicemos con frecuencia después de cada ejercicio. A modo de ejemplo, podemos estirarnos boca arriba con las rodillas dobladas y los brazos extendidos alrededor del cuerpo, flexionando las piernas hasta que éstas toquen la zona abdominal. Ejecutando una serie diaria de diez repeticiones podemos ayudar a nuestro cuerpo a prevenir el dolor de espalda.
Menos azúcar y mejor estado de ánimo
Que la práctica de ejercicio diario constituye un complemento excelente para dar portazo a cualquier tipo de tristeza o depresión no es ningún secreto. De hecho, cuando corremos generamos en nuestro cuerpo una mayor dosis de endorfinas, que son las proteínas que se encargan de incrementar nuestra sensación de felicidad.
A la vez que mejoramos el estado psicológico y emocional de nuestra mente, cuando realizamos cualquier tipo de actividad física quemamos la grasa que nos sobra y regulamos el nivel de azúcar que tenemos en sangre. Los ejercicios más recomendables para conseguir tales efectos son los aeróbicos, que pueden derivar de deportes tan variados como el futbol, el ciclismo o el footing.
Despídete de los problemas cardiovasculares
Afectando a partes vitales de nuestro organismo, como el sistema circulatorio o el corazón, este tipo de enfermedades se han convertido en una de las causas de muerte más reiteradas en todo el mundo. Eliminando el sedentarismo de tu vida cotidiana puedes reducir los niveles nocivos de colesterol y de presión arterial, aunque lo esencial en estos casos es que el deporte se realice con regularidad para que el propio cuerpo se adapte y se acostumbre a la reducción de estos factores peligrosos. Combinar la práctica de deporte aeróbico (al menos durante diez minutos y dos veces por semana) con la realización de trabajo muscular (como por ejemplo las sentadillas o los ejercicios de remo) puede ayudarte a disminuir considerablemente el riesgo de padecer un infarto.