Para hacer esta mermelada, lo más importante es contar con buenos tomates, carnosos y llenos de sabor. Por eso yo la preparo cada año con los tomates de finales de septiembre o primeros de octubre, los últimos de la temporada. (Todavía se encuentran buenos tomates hasta finales de este mes) Tras pelarlos, estrujamos un poco los tomates para sacarles el agua (yo la guardo para otras preparaciones) y los cortamos en trocitos bien pequeños que iremos guardando en un bol. Una vez tenemos toda la carne del kilo de tomates sin agua, pepitas ni pieles, lo pesamos para ver la cantidad de azúcar que nos hará falta.
Para hacer esta mermelada, lo más importante es contar con buenos tomates, carnosos y llenos de sabor. Por eso yo la preparo cada año con los tomates de finales de septiembre o primeros de octubre, los últimos de la temporada. (Todavía se encuentran buenos tomates hasta finales de este mes) Tras pelarlos, estrujamos un poco los tomates para sacarles el agua (yo la guardo para otras preparaciones) y los cortamos en trocitos bien pequeños que iremos guardando en un bol. Una vez tenemos toda la carne del kilo de tomates sin agua, pepitas ni pieles, lo pesamos para ver la cantidad de azúcar que nos hará falta.