NO son como las nubes blancas que compras en bolsas en algunas tiendas especializadas, que también son deliciosas. Estas nubes tienen un sabor más intenso de vainilla, y una textura más sedosa. Y las puedes decorar a gusto, añadir otros sabores, ¡incluso teñirlos para que hagan juego con la decoración de la fiesta! Si tienes una batidora eléctrica (amo a mi KitchenAid), no son difíciles. También necesitarás un termómetro para repostería, y una bandeja rectangular o cuadrado. Y como ingredientes especiales, necesitas gelatina en polvo o en láminas, y jarabe de maíz, o “corn syrup”, que puedes comprar en algunas tiendas de comida extranjera o de repostería (yo compro el mío en Sabores del Mundo o en la tienda de Megasilvita).
Necesitas, para unos 48 dulces esponjosas (depende del tamaño):
3 cucharadas de gelatina en polvo
240ml de agua, dividida en 2 partes
440g de azúcar
120ml de jarabe de maíz (ver nota arriba)
¼ cucharadita de sal
2 claras de huevo
1 cucharada de extracto de vainilla (o extracto de almendra, menta, ¡lo que quieras!)
50g de azúcar glasé
50g de Maizena
Prepara un molde rectangular de aprox. 25 x 35cm, untándolo con aceite vegetal (mejor no utilizar mantequilla).
En el bol de la batidora, echa la gelatina encima de 120ml del agua, y déjala ablandecer.
En una cacerola gruesa, calienta juntos el azúcar, el jarabe, la sal y el restante 120ml del agua, hasta que el azúcar se disuelve. Ahora, sin remover, deja que la mezcla se caliente hasta llegar a 115ºC (por eso vas a necesitar el termómetro). Tarda unos 8-10 minutos.
Apaga el fuego, y añade el líquido caliente a la gelatina (con MUCHO cuidado!! quema!!).
Bate juntos la gelatina y el sirope caliente hasta conseguir una espuma espesa, blanca y muy crecida en volumen. Depende de la velocidad y de tu máquina, pero suele tardar unos 5-10 minutos.
Quieres que sea tan espesa que, al levantar la batidora, no chorrea.
En otro bol, monta las claras de huevo a punto de nieve. Añade esta espuma a la gelatina montada, junto con el extracto de vainilla (o el sabor que has elegido), y mezcla para combinar. Y esconde el bol de manos pequeñas que pertenecen a niñas a quien le encanta el dulce…
Vierte la crema blanca en el molde preparado, y si quieres, adorna con fideítos, azúcar de colores, coco rallado, almendras molidas…
Me has pillado, es aún más divertido hacer nubes blancas con un buen cóctel a mano (en concreto, un Bacardi Cocktail… Y música en el equipo (estaba escuchando a los Beatles, y cantando, por supuesto…)
Deja que las nubes se solidifiquen, puede tardar entre 4 y 10 horas, según la humedad del ambiente, la temperatura, etc. Vivo en Madrid, y suele tardar por lo menos 8 horas. Guardo la bandeja en la nevera mientras.
Cuando ya están listos, mezcla juntos la Maizena y el azúcar glasé.
Ahora la parte divertida: ¡cómo sacarlas del molde! Lo que hago yo es el siguiente: paso un cuchillo alrededor del borde del molde, y luego corto la masa en 3. En el primero tercio, recorto unos cubitos pequeños. Con mis dedos, saco uno, y me lo como porque ha quedado muy aplastado y feo. Hago lo mismo con el segundo, y también con el tercero (¡es que son deliciosos!). Ahora deslizo una espátula ancha debajo del primer tercio, e intento sacar ese trozo del molde en una pieza. A veces tengo que meter la mano debajo también.
Pongo este trozo pegajoso encima de una hoja de papel de cera que he espolvoreado con la mezcla de harina de maíz y el azúcar glasé. (Nota: puedes utilizar sólo azúcar glasé, pero en mi experiencia forma grumos pegajosos, y aporta demasiado dulzura – la mezcla de azúcar glasé con Maizena queda más “sedosa”, y no tan dulce.)
Echo un poco más encima, y corto el trozo en líneas y luego en cubitos. Los rebozo en la mezcla de harina, para quitar su pegajosidad.
Los demás trozos son más fáciles de quitar, utilizando la espátula y la mano. Estas nubes se pondrán duras en unos días, así que ¡a comerlas todas!