Y eso es lo que hemos hecho nosotros esta semana con unos farolillos para velas que no pasaban por su mejor momento, darles una nueva vida y además, sin gastar ni un euro ;)
Para pintarlos he utilizado el resto de la pintura verde en espray con la que el año pasado reciclamos unas cajas de fruta para que los niños guardaran los juguetes, y que este año he vuelto a reutilizar para exponer algunos productos en la tienda. Si os fijáis en la foto, la caja y el farolillo son exactamente del mismo verde.
¿Y por qué verde? Pues porque desde aquí los farolillos se van directos a una terraza que ya os enseñamos hace casi tres años donde la madera - en natural y blanco -, se mezcla con detalles en metálico, rosa y, claro, ¡verde!
Así que, basta ya de parlotear, y vamos con el "Antes&Después" de estos viejos farolillos porta velas :)
1ª fase: preparar la superficie antes de pintar
Antes de nada, retiré los cristales para protegerlos tanto de la pintura como de un posible accidente que los estropease. Una vez hecho esto, llegó el momento de lijar. Como veis, el metal de los farolillos estaba muy oxidado por lo que me he tenido que emplear a fondo, pero era importante que la superficie quedara bien lisa.
2ª fase: aplicar la primera mano de pintura
Ya sabéis que pintar con espray tiene muchas ventajas, pero la de no manchar no es una de ellas, así que para evitar salpicaduras indeseadas, lo mejor es crear tu propia "cabina de lacado", por ejemplo, con una caja de cartón :) Coloca el farolillo dentro, con cuidado de que no toque ninguna pared de la caja para aprovechar toda la pintura que flota dentro de nuestra improvisada "cabina". Agitamos el espray y... ¡a pintar! Debemos tener cuidado de ir girando el farolillo y no olvidar ningún lado. Lo mejor es hacerlo en dos tandas (o más si es que las necesitas) esperando a que seque entre una y otra para que al manipularlo no estropeemos el lacado.
3ª fase: segunda mano de pintura y cristales
Una vez que hayamos dado la primera mano de pintura al farolillo, lo dejamos secar de un día a otro y, al día siguiente, le aplicamos otra mano, o tantas como necesites para cubrirlo de forma uniforme. Si lo haces con cuidado, seguramente con dos será suficiente. Cuando la pintura esté completamente seca, volvemos a poner los cristales.
Y ¡ya está! Tenemos nuestros farolillos otra vez como nuevos, listos para la nueva temporada de terraza que empieza :) De hecho, me hubiera encantado mostrároslos en la propia terraza, pero mientras los hacía... ha vuelto a llover y no estaba la cosa para mucha terraza, así que, en su defecto, y sólo para vuestros ojos, los he colgado de las ramas del escaparate de la tienda para que los podáis ver en "todo su esplendor" ;)
Fotos @ Decoraciones López García
Y así, reciclando farolillos, empezamos el viernes. Hemos aprovechado un resto de pintura, hemos evitado crear residuos no orgánicos con los farolillos y, antes de llevarla al contenedor, le hemos dado un segundo uso a la caja de cartón... ¡¡viva el reciclaje!!
¡¡FELIZ FIN DE SEMANA!!