La mente mueve la energía, allí donde ponemos el pensamiento ponemos el proceso de creación en marcha a través del Qi (energía).
Nuestra mente piensa constantemente y no hay que dejarla en blanco, esto es una equivocación. No ponemos la atención en los pensamientos sino en el cultivo de la conciencia. Con el tiempo todo nuestro ser, incluyendo el proceso de pensar, se orientará hacia el descanso de la armonía.
La mente está siempre fuera en los objetos externos planeando la mejor manera de conseguirlos o utilizarlos como medio para obtener unos beneficios. El primer detalle para realizar la transformación es volver la mente al interior.
Sí el Qi se encuentra exhausto, entonces la enfermedad física, mental o espiritual puede ocurrir.
Debemos usar el pensamiento para cuidar de la energía. La mente es la madre y el Qi es el hijo.
Si un niño crece educado en la confianza y la propia responsabilidad puede ayudar a la madre
. Cuando el Qi está fuerte, circulará siempre por las vías adecuadas y configurará una estructura interna ordenada y estable.