Recomendaciones psicológicas para el verano

Por El Baúl De La Psique @bauldelapsique

Sol, descanso, tiempo libre, playa, viajes, desconexión, helados, días largos… Todas estas palabras nos traen a la mente una única estación del año: el verano. Sin duda, éste es un tiempo en el que especialmente podemos (¡y debemos!) aprovechar para disfrutar y, así, mejorar nuestro estado de ánimo, nuestras capacidades psicológicas y nuestro bienestar. Por ello, a continuación os ofrecemos algunas recomendaciones para que pongáis en práctica durante las vacaciones y consigáis que vuestra psique se mantenga en las mejores condiciones.

1. Cuida tu cerebro

Con esto nos referimos a eso que tan cansados/as estamos de escuchar, pero que no siempre cumplimos como debemos. Por ejemplo:

  • Hidratarnos: se suelen aconsejar 2 litros de agua al día, aunque estas cantidades pueden variar según las condiciones individuales. Una buena hidratación es fundamental no sólo para el buen funcionamiento del cuerpo, sino especialmente para el del cerebro. En este sentido, beber agua es esencial para mantener y mejorar nuestro rendimiento cognitivo, particularmente en relación con la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento (Lieberman, 2007).
  • Evitar las horas centrales del día, en las que el sol y las temperaturas son más fuertes. Estas condiciones pueden causar la deshidratación de nuestro cerebro, así como provocará un gasto excesivo de los recursos y nutrientes, por lo que nuestro funcionamiento cognitivo e intelectual podría verse gravemente afectado (Hocking, Silberstein, Man Lau, Stough y Roberts, 2001).
  • No obstante, también debemos mantenernos activos; nada de estar todo el día en el sofá con la excusa de que estamos de vacaciones. Precisamente por esa razón, es el momento ideal para aprovechar y hacer cosas que nos den placer, como ir a la playa, pasear, pasar tiempo con la familia y los amigos o dedicarnos a ese hobby que siempre dejamos “para luego” porque no tenemos tiempo. Así, estaremos estimulando nuestro sistema límbico, segregando una mayor cantidad de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, relacionados con las emociones positivas y las sensaciones placenteras.

2. Controla el uso del móvil

El móvil… ese aparato que tantas facilidades nos aporta pero que, a veces, también se puede convertir en nuestra peor pesadilla o incluso en nuestra adicción. ¿Qué podemos hacer?

  • Vivir el “aquí y ahora”. Con esto nos referimos, por ejemplo, a que si estamos en un bar tomando algo, no estemos mirando el móvil, sino charlando con las personas con las que estamos. A veces, el teléfono móvil nos absorbe demasiado tiempo y energía. Tenemos que tener en cuenta que, al igual que nos puede facilitar los contactos con los demás, también nos lo puede robar en situaciones como la mencionada, y no podemos olvidar la importancia que tiene el contacto social para nuestro bienestar y ajuste psicológico. En esta línea, algunos estudios señalan que dedicar demasiado tiempo a nuestros dispositivos puede asociarse a un descenso en el intercambio y la comunicación entre personas del mismo entorno, lo que suele desembocar en una reducción en el tamaño de nuestro círculo social cercano y, finalmente, en sentimientos de soledad e incluso depresión (Kraut, Patterson, Lundmark, Kiesler, Mukophadhyay y Scherlis, 1998).
  • Dejar el trabajo para el momento de trabajar. Siempre nos vamos de vacaciones con la idea de desconectar de todo pero, ¿lo hacemos? Olvídate de ese email, de esa llamada o de ese whatsapp, ya atenderás a todo a la vuelta de las vacaciones. Una sobredependencia a nuestro smartphone puede llevarnos a generar lo que se conoce como tecnoestrés (Lee, Chang, Lin y Cheng, 2014), un trastorno que conlleva importantes problemas de salud. Tenemos que ser capaces de dar a cada cosa su momento.

3. Viajar para eliminar prejuicios

Siempre se ha dicho que viajar nos abre la mente y así es, no sólo porque supone una oportunidad para aprender cosas nuevas, sino también para adquirir valores prosociales. En este sentido, la hipótesis del contacto de Gordon Allport nos dice que cuando interaccionamos con otras personas de distintos grupos y culturas recibimos nueva información que puede cambiar nuestros esquemas cognitivos y enriquecernos, lo que hace que nuestra identidad social se amplíe y, con ello, se reduzcan nuestros prejuicios y se reduzcan los posibles conflictos. Por ello, es recomendable que viajemos y nos permitamos a nosotros/as mismos/as conocer gente nueva con costumbres, edades o tradiciones distintas (entre otras) a las nuestras y, así, descubrir que realmente todos/as somos iguales en nuestra diversidad.

Referencias

Hocking, C., Silberstein, R. B., Man Lau, W., Stough, C. y Roberts, W. (2001). Evaluation of cognitive performance in the heat by functional brain imaging and psychometric testing. Comparative Biochemistry and Physiology Part A: Molecular & Integrative Physiology, 128, 719-734.

Kraut, R., Patterson, M., Lundmark, V., Kiesler, S., Mukophadhyay, T. y Scherlis, W. (1998). Internet paradox: A social technology that reduces social involvement and psychological well-being? American Psychologist, 53, 1017-1031.

Lee, Y-K., Chang, C-T., Lin, Y. y Cheng, Z-H. (2014). The dark side of smartphone usage: Psychological traits, compulsive behavior and technostress. Computers in Human Behavior, 31, 373-383.

Lieberman, H. R. (2007) Hydration and Cognition: A Critical Review and Recommendations for Future Research. Journal of the American College of Nutrition, 26, 555-561.