Tabletas, teléfonos móviles, ordenadores, etc. son herramientas de identidad que los mantienen dispersos, físicamente inmóviles y en muchas ocasiones carentes de energía y salud.
¿Quién no se ha desesperado hablando con un hijo, un compañero o un amigo que está constantemente en "en otra cosa"?
Hoy esta tendencia enfermiza de dispersión que conduce a frustraciones, poca eficiencia y problemas de salud, también tiene su cura: me refiero al Mindfulness!.
El Mindfulness es una herramienta que permite conocerse para enfocarse con profundidad en las cosas y liberarse de los condicionamientos y automatismos con los que funciona habitualmente nuestra mente, generando estrés y dolor.
Cuando hablo de esta habilidad en mis talleres, señalo que el Mindfulness, puede que no sea una cura para todo, pero seguro que puede cambiar la actitud de una persona, diluir su malestar y ofrecer nuevas posibilidades para reconectar con la vida y disfrutar.
Con el Mindfulness aprendes a vivir alrededor del dolor en lugar de enfocarte en él continuamente.
Tu dolor de hombro, se convertirá en un dolor de hombro, y puede que incluso se retire al fondo de tu conciencia mientras te centras en tu respiración o escuchas los sonidos que te rodean.
Dominar esa habilidad de concentración permite que la mente se mantenga atenta en lo que hace en cada momento: un objeto, una tarea, una conversación, etc. con lo cual se la entrena para que no se disperse saltando de un tema a otro, de un objeto a otro, como nos sucede tan habitualmente.
Hemos empezado a comprender que practicado con regularidad Mindfulness, no solo puede cambiar la bioquímica de nuestro cuerpo, sino también modificar estructuralmente el cerebro mejorándolo. Mattieu Ricard, monje budista que es doctor en biología, ha realizado estudios clínicos que muestran estas modificaciones y mejora del bienestar en si mismo. Puedes ampliar conocimientos y estuios del que dicen es "el hombre mas feliz del mundo" aquí.
La práctica de la "atención plena", puede prevenir que nos pongamos enfermos y nos sintamos infelices pero también, es capaz de redirigir nuestra conciencia hacia la curiosidad que sentíamos cuando éramos pequeños. Puede que volvamos a sentir las maravillas de conectar con la Naturaleza; una brizna de hierba.., las nubes en el cielo..., el dulzor de una fruta...o la importancia de rodearnos de los seres queridos y personas que se preocupan por nuestro bienestar.
De esta manera comienzas a valorar lo importante en la vida, las delicias del "ser y estar" y te conectas plenamente con la sabiduría de las experiencias, en lugar de luchar por separarte de ellas.
Si todos nos las arreglásemos durante unos minutos para aprender a meditar, enriqueceríamos nuestra experiencia vital y ayudaríamos a nuestro cuerpo y nuestra mente a mantenerse sanos.
Y para comenzar, te dejo con la priméra práctica Zen para esta semana :-)
"Cuando bebas, simplemente bebe; cuando camines, simplemente camina".