Plata / Bar / Fraternidad / Café / Alfiler
María Elena Rangel, Neus Sintes, Salvador Alba, Katty Montenegro, Freya Asgard, Eelynn Cuellar
Hello!!!
El mes pasado realicé 7 partes para un relato, que aunque en teoría pensaba dejarlo con ese final, sentí que me faltaba algo y creo que muchos dirán lo mismo, por eso aquí decidí retomar en algún punto esa historia inconclusa y unirla con una más, por lo que estas 6 partes van también en continuación, pero eso no es todo, como saben en este reto mensual me están acompañando 5 grandes escritores y aquí también van sus relatos, por lo que tenemos seis relatos de diferentes extensiones!!!!
Espero los disfruten!!!
María Elena Rangel
Recordemos que nuestra bruja fue regresada por el demonio a su época, donde se encontró con el Calem actual; este a su vez la devolvió al pasado para que pudiera seguir buscando la manera de deshacerse de ese engendro junto a sus antepasados.El Pasado y El PresenteDesperté con un sobresalto, al abrir mis ojos me encontré de nuevo debajo del gran sauce, la taza había caído de mis manos y se encontraba justo a mi lado; el resto parecía no haberse dado cuenta de nada ya que seguían en lo suyo, lo cual me hizo plantearme si no habría sido un sueño, uno que se sentía muy real.Me quedé mirando a mis acompañantes, se notaba la fraternidad existente entre todos ellos, igual que la que tenía con mis brujitas en mi tiempo. Pensaba en ello cuando en un movimiento que hice algo me pinchó en el pecho. Busqué con ahínco aquel animal u objeto punzante, lo que encontré me dejo perpleja; prendido a mi blusa había un hermoso alfiler de plata que no sabía de donde pudo haber salido, a menos que fuese obra de aquel insolente escocés.Al regresar al castillo Calem nos preguntó si queríamos ir a despejarnos tomando un café en una cafetería del pueblo, o preferíamos ir a un pub, que no es más que un bar escocés. Obvio que todos escogimos el pub, necesitábamos algo un poco más fuerte.Una vez en el lugar me animé a contarles lo que yo creía había sido un sueño: El regreso a mi época, el encuentro con el Calem futuro que llevaba el nombre de Caillen y lo que me contó; y por supuesto el hallazgo del alfiler de plata en mi blusa. Calem al ver el alfiler supo que todo había sido real; ese alfiler pertenecía a su familia, generación tras generación el Laird del castillo se lo obsequiaba a la mujer que sería su esposa. Desconcertada cuestioné, ¿Qué quería decir eso? ¿Acaso Caillen me estaba diciendo que sería su esposa? Pero, ¿qué se habrá creído ese arrogante? Bueno… después de todo habría que meditarlo, pensé, no es como si no me gustase; claro que primero tendríamos que conocernos bien. Calem me sacó de mis pensamientos, mirándonos con seriedad nos dijo.―Tenemos que andar con pies de plomo, ese demonio no vacilará en usar todas sus sucias artimañas para desestabilizarnos, pero no podrá con todos nosotros juntos. Y si es necesario traeremos a Caillen y a tus amigas para derrotarlo.
Neus Sintes
Mientras Dunia se encontraba tomando un café en el bar más cercano a su casa, alcanzó a escuchar la conversación de unos hombres que hablaban acerca de una mujer llamada hechicera, que últimamente estaba frecuentando por la zona. —Si, como lo escuchas. Me han llegado ciertos rumores desde la oficina donde trabaja mi padre, que ha alquilado a una mujer bastante misteriosa la casa más abandonada de la zona. —¿Y cómo saben que puede ser una hechicera? —preguntá su amigo, no muy convencido.—Me fio de padre y por cómo me la he escrito es igual a cualquier hechicera, o mujer a la que sé que no me acercaría jamás. —Entonces iré con cuidado a toparme con ella. —Lo único que se sabe de ella es su nombre que aparece en el contrato de alquiler. —Se llama Vicky, es la única información válida que se sabe de ella. Dunia esperó a que se fueran los dos hombres y quedó pensativa mientras analizaba la información que había obtenido de dicha conversación. Estaba tan absorta en sus pensamientos de encontrar a la hechicera Vicky, si es que en realidad lo era. Tan solo el saber le producía un cosquilleo en el estómago de poder encontrar una solución u ayuda a su venganza que no había olvidado con tanta facilidad, que no se percató de que Leslie se había sentado en su mesa. —¡Al fin te encuentro! —creí que me estabas evitando, le dijo con una sonrisa en sus labios. —Hola Leslie…—No he aparecido por tu casa, ya sabes. Aún llevo el duelo de mi padre muy adentro de mí. —Lo comprendo. Quería saber de ti, al menos. ¿Cómo estás?—Lo voy llevando… —respondió inclinando los hombros.—Si necesitas algo, hablar conmigo o tener compañía cuando Dereck está en el trabajo, ya sabes donde encontrarme. —Gracias Leslie. —Algún día vendré a visitarte.—¿Puedo darte un consejo? —no encontrarás el consuelo en la soledad, sino en tus seres queridos. Y rozando su mano en uno de los hombros de Dunia, se levantó y despidió. —No olvides visitarme. ¡Hasta pronto! —se despidió Leslie—Hasta pronto —respondió a su vez Dunia.Cuando Dunia abandonó el café lo hizo con la intención de irse a casa, aunque la conversación de los hombres regresó a su mente y decidió ir en busca de la casa donde se alojaba la llamada hechicera Vicky. —¡Dereck! —llamó Dunia detrás del auricular. —¡Sigo en el trabajo! —no sé cuando regresaré. ¿Todo bien? —deseó saber Dereck.—Sí, tranquilo. Llamaba para avisarte de que yo también no estaré en casa. He ido a hacer unas compras y tal vez regrese un pelín tarde. —Tranquila, por aquí hay un evento y parece ser que la noche será larga. —No pasa nada, mi amor. Lo primero es lo primero. Yo estoy bien. Todo marchaba según lo previsto. De esta forma Dunia podía aprovechar para hacer un desvío en el camino y encontrar la guarida de Vicky. Sus pasos se adentraron entre la espesura de la maleza, aún húmeda y mientras caminaba pudo distinguir a lo lejos, escondida entre los árboles una pequeña caseta, donde otros no irían a vivir ni a visitar. Se encontraba en medio de la nada, rodeada de árboles y maleza que crecía en abundancia. Al acercarse a la puerta, ésta se abrió despacio, recibiendo a Dunia la entrada a la acogedora casa de Vicky. Al principio no supo si desechar o no la invitación. Temor y respeto le infundía el aroma de incienso proveniente de la sala comedor. —Entra, querida —la instó a entrar la mujer de mirada intensa. ¿Dunia, verdad? —preguntó, mientras le miraba a los ojos, como si intentara leer su mente.—¿Cómo sabe mi nombre? —preguntó, sorprendida—Sé muchas cosas, querida. He vivido muchos años en este mundo. Sé cuando alguien necesita de mí, cómo quien pretende hacerme algún mal. Te preguntarás cómo sé tantas cosas. Deduzco que has oído hablar de mí, ¿cierto?—Sí, es cierto. —afirmó Dunia. Y no he venido a molestar, tan solo deseo saber si me puede ayudar.—Soy todo oídos. Tú dirás. Mi nombre es Vicky, aunque por estos lares me han empezado a llamar la hechicera. Por mis costumbres, tan diferentes a las vuestras. — Deseo saber si podría ayudar en un asunto de crucial importancia.—Percibo en tu voz ira. ¿Deseas vengarte de alguien? —preguntó—Dunia asintió.Durante unos días se aislaba algunas horas, para encontrar fraternidad en la hechicera, quien le enseñó el arte del vudú y el alfiler que debía clavar en las zonas más delicadas para ver sufrir al policía que le entregó las cenizas de su padre. —Dunia, te he enseñado, prácticamente todo el arte del vudú. Ahora solo deseo que tengas suerte. Tus ojos claman venganza. El odio de tu corazón debe ser eliminado de tu cuerpo. Solo así hallarás la paz interior. —Gracias por todas tus enseñanzas.—De nada, querida. Solo he hecho mi trabajo. Necesitabas de mi ayuda. Y eso es tan solo lo que he hecho. —¡Espera! — Antes de irte te quiero dar este medallón de plata. Es un amuleto. Te ayudará con las malas energías. —Gracias de nuevo —respondió mientras se colocaba el colgante en el cuello. La figura del medallón empezó a brillar como por arte de magia cuando entró en contacto con su piel. —¡Suerte, Dunia! —Estaré aquí siempre y cuando me necesites. Dicho esto, Dunia se alejó dispuesta a luchar y no dejarse vencer.
Salvador Alba
Sé que no he hecho nada malo, pero ese ser endemoniado con piel de porcelana viene a por mí.Me había percatado de su presencia bella e inocente en el bar, mientras tomaba un café al borde de la ebullición a pesar de ser de noche, mi parte favorita del día. Me excitó sobremanera, así que quise intentar algo con ella. Me acerqué con el pretexto de ir al baño y casi me da un vuelvo al corazón al presentir que no era del todo humana, los poros de su piel desprendían muerte, aunque lo peor fue que me miró con lujuria directamente a los ojos.Temí que me siguiese al baño, pero no sucedió. Cuando salí, ya no estaba y eso me inquietó demasiado, prefería tenerla a la vista, temía ser una presa a la que le daban caza. Entonces decidí esperar, pedí otro café y lo tomé sorbo a sorbo, hasta que no quedó más que la mancha de la última gota resbalando por el borde.Al salir a la calle, miré alrededor fingiendo buscar un taxi sin verla, así que puse rumbo a la fraternidad tras mirar el reloj y comprobar lo tarde que era.Me adentré en el bosque, ya que lo conozco como la palma de mi mano y sé que es el camino más corto hasta mi residencia, he vagado por aquí muchas tardes y noches en busca de un lugar donde dar rienda suelta al placer de la carne sin un compañero de habitación que te metiese prisa por dejar el cuarto libre o te espiase desde el armario.Cuando aún me quedaba bastante camino para abandonarlo, se presentó la joven de sopetón, y me llevé un buen susto.Ambos nos reímos e intercambiamos unas palabras, nos quedamos mirando cómplices del momento y ella se acercó a mí con timidez.No he podido hacer más que darle un empujón con todas mis fuerzas y echar a correr.Sé que no he hecho nada malo, pero ese ser endemoniado con piel de porcelana viene a por mí. Y sé que es un ser del averno porque, una vez en el suelo ha emitido un chillido animalesco desgarrador y ahora corre a una velocidad endiablada con una expresión de maldad absoluta enfatizada por cuatro largos colmillos.Creo que hoy no voy a follar, voy a ser follado.Por mucho que corro no me vale de nada y me alcanza la vampira con un placaje que nos hace rodar por el suelo. Corroboro que está fría. El azar consigue que quede encima de ella y le propino una serie de puñetazos que parecen aturdirla, ella sangra, pero en un instante me lanza por los aires de un revés de derecha. Quedo en el suelo mareado y veo que se me abalanza de un salto sobrenatural. Logro rodar sobre mí mismo aprovechando la pendiente para esquivarla y, al levantarme, alcanzo de forma instintiva una rama seca del suelo. Vuelvo a correr, ahora desorientado.Cuando creo que vuelve a estar cerca, aprovecho un árbol para agarrarme a él y realizar un giro que, además de desollarme la mano por el roce, logra ponerme frente a ella para clavarle la rama en el pecho un instante antes de que choquemos y caiga sobre mí. Sé que no le he dado en el corazón porque respira. Trato de apartarla y me sorprende reincorporándose para darme una dentellada en el cuello, pero la joven de porcelana se convierte en ceniza con un grito desgarrador.Parece que sí le había dado en el corazón.Me reincorporo, me noto débil y mareado. Tras unos pasos, caigo de frente y me percato de que tenía clavado un puñal en el costado, ha debido clavármelo en el choque. Poco a poco voy perdiendo consciencia y fijo la mirada en la ropa de la vampira, concretamente en un alfiler con la insignia de la Orden de la Noche. Entonces sé que el puñal es de plata y que ha sido un mal día para salir de noche.Me giro con mis últimas fuerzas y contemplo al gran astro nocturno.Agonizo.En los últimos estertores sonrío al pensar en que esta persecución hubiese tenido un final muy distinto para mí si la luna hubiese estado llena.
Katty Montenegro
Estaba en la barra del bar, bebiendo con mis amigas, cuando empezó el tiroteo. Recuerdo los gritos y la desesperación. Una bala llegó a mi pierna y caí al suelo. Fue entonces cuando me di cuenta de que ese hombre no se iba a detener. Estaba determinado a matar a toda persona que se encontrara en el lugar. Me quedé inmóvil, con la esperanza de que me creyera muerta y no siguiera disparando en mi dirección.Yo le había dicho a mis amigas que prefería ir por un café, pero ellas querían celebrar a lo grande que nos habían admitido en la fraternidad de la universidad y no pude negarme. En ese momento no se me ocurría una forma de explicar lo mucho que me arrepentía. Mil recuerdos pasaron por mi cabeza, mientras sentía que el mundo se derrumbaba. De pronto, un silencio llenó las inmediaciones. Si hubiera caído un alfiler, lo habría sentido. El silencio era tal, que creí que ya había muerto. Tras varios minutos, me atreví a abrir los ojos. El hombre ya no estaba y había cuerpos regados por todas partes.La policía llegó en ese momento, junto con las ambulancias. ―¿Alguien vivo? ―preguntó alguien.Como pude levanté mi mano, me sentía sin fuerzas, había perdido mucha sangre. Intenté tomar la cadena de plata que me había regalado mi madre para sacar fuerzas de ahí, pero no la encontré, no estaba en mi cuello. La perdí en medio de la conmoción.Los paramédicos me subieron a una camilla para llevarme a la ambulancia. Preguntaban qué me dolía y me pedían que mantuviera los ojos abiertos. Pero me fue imposible.Desperté dos días después. Estaba en el hospital. Iba a vivir. Por suerte, no fui la única en tener la idea de quedarse quieta. Fuimos doce sobrevivientes.
Freya Asgard
El grupo se reunió en el bar. La fraternidad completa, así es que se podrán imaginar que no cabía ni un alfiler más entre toda esa gente. Yo entre ellos, solo que no quería estar en ese lugar. Esa noche había luna llena y, aunque llevaba mi sortija de plata, no estaba seguro de que funcionara en realidad.Antes de la medianoche, logré escabullirme, me fui a un café y esperé unos minutos. Vi la hora, faltaban diez minutos para las doce.Salí y me fui a casa. No quería arriesgarme a que me descubrieran, sin embargo, cuando llegué, noté que algo no andaba bien. Mi puerta estaba semi abierta, no había luz en el interior, y yo estaba seguro de que le había puesto cerrojo.Entré despacio. No había ni un solo ruido. Encendí las luces y saltaron mis amigos gritando.―Te vimos escaparte del bar, así es que vinimos a terminar la fiesta aquí.―¿Qué? No pueden hacer eso ―respondí alterado.―Vamos, no seas aguafiestas. ―Mi mejor amigo tomó mi mano para acercarme al grupo, yo me resistí y, al hacerlo, en el forcejeo, me quitó el anillo.El reloj de la plaza dio su campaneo de las doce.Miré a mi amigo aterrado.―¡Corran! ―grité justo antes de empezar a convertirme.Aquella noche hubo diez muertos, veinticinco heridos y solo dos ilesos: mi amigo y yo. Él porque tenía el anillo de plata que lo protegía de todo daño y yo, bueno, porque yo fui el monstruo que los atacó.La policía jamás dio con el supuesto animal que nos había atacado. Mi amigo no volvió a hablar, quedó mudo de la impresión. Los demás murieron en el hospital o no recordaban nada de lo sucedido. Yo bloqueé esa noche. Para la policía solo recuerdo hasta cuando me fui del bar.Ahora vivo solo y jamás, nunca, pasara lo que pasara, volví a salir en luna llena ni me quedaba de juntar con mis amigos. Por lo general, tenía que viajar o me enfermaba de algo muy contagioso. Hasta hoy. Me acaban de avisar que mi novia tuvo un accidente y está en el hospital, no puedo no ir a verla. Se que aunque lleve el anillo de plata que me dio mi padre, hay peligro, pues él me advirtió que el anillo siempre busca la manera de salirse de la mano de quien lo lleva puesto. Proteger del cambio es su protección y buscar la forma de salirse, su maldición. ¿Qué ganará esta noche?
Eelynn Cuellar
Plata / Bar / Fraternidad / Café / Alfiler
Con un fuerte dolor de cabeza, abro los ojos, las palpitaciones que siento me provocan arcadas e inevitablemente mis pies se ven salpicadas del interior de mi estómago.
Sin muchas ganas de arreglar este estropicio, me dirijo al baño y dejo correr el agua que salpico en mi rostro para intentar despejarme, busco el pequeño botiquín para tomar un analgésico, pero en cuanto observo mi reflejo, hay algo que no logro reconocer.
Una mirada color plata me sorprende. Parpadeo varias veces, debe ser una alucinación, una jugarreta que mi cerebro me está jugando, mis ojos color café han desaparecido. Esto es una locura,...
—¡Despierta, despierta!
Grito al tiempo que me doy bofetadas.
Todo parece tan real, tal vez entre copas, jugando… sí, deben ser unas lentillas y con manos torpes intento retirarlas.
Nada, ahí no hay nada y son mis ojos.
Probablemente en el bar donde estaba con mis amigas anoche para celebrar que todas fuimos aceptadas en la fraternidad, alguna de las bebidas debió estar adulterada y esto sea una reacción secundaría... ¿Y si me estoy quedando ciega?
—Mierda, mierda, mierda.
Regreso corriendo a mi habitación para llamar a mis amigas, quizá una ambulancia, un médico o alguien que me pueda ayudar, meto la mano en mi bolso buscando mi teléfono y siento un fuerte pinchazo.
Un maldito alfiler, ¿Qué demonios hace eso dentro de mis pertenencias?
Vuelco el contenido sobre la cama, todo parece normal hasta que rebuscando mis cosas, aparece un muñeco vudú que me hace soltar un grito.
Grito por la impresión… por miedo.
¿Cómo es posible...? Mis manos tiemblan mientras lo tomo con precaución para verlo más detenidamente y otro grito se atasca en mi garganta provocándome un fuerte dolor y ningún sonido sale, me doy cuenta que tiene una etiqueta con un nombre.
¿Qué hicimos anoche?
No recuerdo nada, absolutamente nada.
Con la mente nublada y llorando regreso al cuarto de baño para darme una ducha y tranquilizarme, necesito tener la cabeza clara para saber cómo actuar. En cuanto descorro la cortina de la regadera, mi mundo se derrumba... Mi cuerpo inerte yace en posición extraña en el suelo, tengo los ojos abiertos y estos siguen manteniendo el color café que eran idénticos a los de mi madre.
Aterrada empiezo a retroceder, deseaba huir de ahí, pero no podía apartar mi mirada del cuerpo, de mi cuerpo, desconozco que tantos pasos he dado, pero al ser una habitación pequeña mi espalda ya debió... Giro para comprobar la distancia y caigo en un vacío.
Plata
Grito, grito histéricamente mientras el negro me rodea y sigo cayendo por lo que parece una eternidad. Por un momento me siento estúpida, que me quiero convencer que esto es una maldita pesadilla y en cualquier momento despertaré y sin poner resistencia, solo dejo que la gravedad haga su trabajo.
El tiempo sigue pasando y el negro continúa rodeándome. Sí, definitivamente estoy soñando, así que cierro los ojos y dejo de preocuparme, en un momento mi trasero golpea una superficie dura e imagino que he caído de la cama y por fin lograré despertar. Abro los ojos y para mí sorpresa estoy en el cuarto de baño, dónde nada ha cambiado.
Esto es un maldito mal sueño, no puedo estar muerta, aquí estoy respirando con dificultad y mi corazón palpitando a mil por hora... Eso que está en el suelo no es mi cuerpo... No es posible... No puede ser verdad... Yo... Yo...
—No es mi cuerpo, no estoy muerta...
—¿Estás segura de eso?
Sé de quién es esa voz y eso me causa mayor temor. La dueña de aquella voz... ella si está muerta, desde hace más de diez años, yo era aún pequeña cuando sucedió, pero eso no significa que no la reconozca, su partida me rompió el alma, así como en toda la familia, mi tita, mi abue era el pilar que sostenía a todas, y que la escuché en este momento me pone mal. En definitiva, ese maldito bar nos dio bebidas adulteradas, no tengo dudas
Temblando me giro para verla, sé que esto no es real, y aún así me emociona verla una vez más.
—Tita, te he extrañado mucho.
—Mi niña, nunca me he alejado de ti.
—Esto es...
—He venido por ti, para ayudarte.
—Esto es… tu…
—Soy real, o mejor dicho lo más cercano de serlo.
—Pero... ¿Qué...? —dudo un poco— ¿Cómo es que...?
—Es complicado, hay demasiadas cosas que explicar.
—¿E-estoy... Muerta?
—Aún no, pero tenemos poco tiempo.
—Entonces, ¿eso quiere...?
—Si observas tu cuerpo, tiene pequeños hilos de plata que salen de él. Alguien está reclamando tu energía, tu... Para que lo entiendas, tu alma.
—¿Y cómo es que yo?
—Te desplegaste... Creo que deberías sentarte para escuchar esto, debimos contarte esto antes, pero tu madre no lo creyó conveniente y... cierto, no puedo irme por las ramas, se nos termina el tiempo. Eres una bruja.
—¿Una... qué?
—Para protegerte hicimos un hechizo, y este se rompería, surgiendo tus poderes cuando más los necesitaras, y ahora que tu alma está en peligro, pues... —duda un poco— tu magia te está protegiendo y por eso tú alma se ha... digamos que se partió en dos. Es decir hiciste una bilocación y por esa razón estás aquí, conmigo en forma astral y al mismo tiempo tu otra parte está en Mictlán, el reino de los muertos.
—Wow, para tu carro abue, dices que estoy... Pero a la vez que no, y que yo soy... ¿Tú y mi madre también lo son?
—Fuera de Alissa que por alguna razón no se le manifestó, todas las mujeres de nuestras familias lo dimos, algunas viven con eso y otras las han suprimido. Tú madre después de su ataque, quiso protegerlas y fue cuando.
—¿Por qué no ha venido ella también?
—Ella está atrapada y si no actuamos rápido, podrás verla pronto.
Bar
—No, no, no.
Esto no es real, no puede ser, es una locura. No debí haber hecho caso a mis amigas y no debímos ir a ese maldito bar, nada de esto estuviera pasando... Probablemente estoy en coma, moribunda o en un muy mal viaje. Mictlán no existe en realidad, es solo un mito.
—Tita, no me malinterpretes, amo que estés en mi sueño, de que pueda verte, olerte... Tocarte... No, no eres real tu...
—Si, estoy muerta y no tienes idea lo que me duele estar a tu lado por estás razones, pero entre más rápido abras tu mente y me escuches, aceptes lo que te estoy diciendo, tendremos mayor probabilidad de ayudarte.
—¿Ayudarme?
—Nosotras mi pequeña.
Alrededor de nosotras hay siluetas que no distingo claramente y un segundo después el escenario cambió, ya no estamos en mi apartamento y estamos en un bosque o jardín y frente a mi hay muchas mujeres, algunas de ellas las logro reconocer por fotografías viejas que me enseñaba mi madre, pero por la cantidad de mujeres presentes dudo que todas sean mis familiares. Algunas son muy jóvenes, incluso hay un par de niñas, señoras mayores, intento enfocar cada rostro para poder ver al que más anhelo ver, pero ella no está aquí.
Sigo creyendo que esto es un sueño, un maldito sueño, me niego a creer que esto es real.
—Debimos hablar contigo pequeña, hubo muchas oportunidades, aunque teníamos la esperanza que estuvieras a salvo y tuvieras una vida normal mi niña, alguien descubrió quién eras, de donde provenías y la ambición por conseguir tus poderes la llevo a hacerte esto. Tenemos poco tiempo, si no actuamos rápido, la mitad de tu alma que está en la tierra desaparecerá y no podrás regresar a tu cuerpo.
Aunque me sigo repitiendo que esto no es real, una parte de mi no está de acuerdo. Reconozco que esto es una locura, algo irreal... Imposible, pero sea un mal viaje, un sueño, en parte agradezco que se sienta tan real y pueda estar con mi familia, con parte de ella.
—¿Dónde está mamá?
Este último año ha sido complicado, verme sola, sin mi mamá y mi hermana lejos ha sido muy duro. Caí en una fuerte depresión y me llovió sobre mojado, de un día para otro me quedé en la calle, que aun no me explico cómo es que sucedió, una tarde una chica me salvó de ser atropellada... Desde ese momento nos hicimos amigas, casi hermanas y estos meses a su lado me he sentido más tranquila... Protegida.
—Ella nunca te protegió, mi pequeña.
¿Cómo es que sabe lo que estoy pensando?
—Desgraciadamente no teníamos el permiso para venir a ti, no pudimos alertarte del peligro que corrías.
—Ella es mi amiga, mi...
—Gwen es una bruja también cariño.
—Ella no...
—Calliope, debes escucharnos... Gwen te manipuló, es la que está reclamando tus poderes y a ÉL le ofreció tu alma para conseguirlos.
—¿ÉL?
—Lo conociste anoche, en el bar. Ante ti se presentó con unos ojos azules irresistibles, bailaron y se dieron un beso.
El beso, ¿Cómo pude olvidar el beso? Fue delicioso, excitante... Perfecto.
—En ese momento, reclamó su pago, pues el trabajo ya había comenzado.
—Si esto es cierto, ¿No era más fácil matarme?
—Si quisiera quitarte solo del camino, eso hubiera hecho, pero si lo hacía no podría obtener tu magia, ella, Gwen desea tus poderes y era la única forma de conseguirlos.
—Ella no sería capaz de hacer algo así.
—¿Quién crees que puso ese muñeco en tu bolsa o arregló que fueran "aceptadas” en la fraternidad?
—¿Ahora me van a decir que todas ellas también son brujas?
—No lo sabemos con exactitud, pero Gwen si lo es.
Cierro los ojos y me pellizco fuertemente el brazo, no quiero despedirme de ellas de esta manera, pero creo que es momento de despertar de este sueño que cada vez se está poniendo más extraño.
Siento que duele mi brazo, escucho silencio a mi alrededor. Creo que ha funcionado.
Gran error, en cuanto abro los ojos siguen ahí.
—Puedes hacer eso todo el tiempo si lo deseas, pero solo te lastimarás y te vas a hacer unos moretones muy feos.
Mierda, creo que esto si es real.
—¿Y mamá?
—Ella está con ÉL.
Fraternidad
¿Qué tan difícil es que me de un nombre?
¿Se trata de Dios? ¿de un demonio? ¿un hechicero muy poderoso? ¿Acaso será el-que-no-debe-ser-nombrado?
Mierda, mierda, mierda, ¿Qué demonios estoy pensando?
Cuando me doy cuenta, todas se han alejado de mí y rodean un sauce llorón, un árbol majestuoso del que no me había percatado.
Al verlas todas juntas, dónde algunas ríen, otras se ven con caras preocupadas, es como siempre quise estar así, entre amigas que se entienden y comprenden que sin importar sus edades, la fraternidad que se demuestran hacen que sienta una pizca de celos. Llama mi atención que la mayoría de ellas lucen etéreas, hay una chica que destaca entre todas ellas, se ve diferente.
Me acerco para ver qué está sucediendo ya que todas rodean a esa chica.
—Calliope, ven pequeña, deja te presento a alguien que también necesita ayuda, ella es Aleah y aunque no lo creas tiene un asunto pendiente con ÉL.
—¿Tú también eres una bruja?
—¿Qué asunto tienes pendiente con ÉL?
—¿Tiene un nombre? Me siento tan extraña que le digan así, me siento tipo Harry Potter.
—¿Quién?
—Un hechicero que salió en... Ya no sé ni qué digo. Según mi abuela, está reclamando mi alma, pero no entiendo nada.
—Me recuerdas a mi hija, Tabatha, te pareces tanto a ella. —Una lágrima recorre su rostro—, ella no está conmigo y debo buscarla, pero antes debo encontrar a alguien más y protegerlo... ¿Dices que tú alma? ¿Cómo puede ser posible eso? aún siento energía vital en ti.
—Complicado de explicar Aleah, ella hasta hace unos momentos no tenía conocimiento de sus poderes, y alguien hizo un trato con ÉL para tener su alma y Tamara hizo una bilocación que nos está dando un breve tiempo para actuar e impedirlo.
—¿Y creen que uniéndonos todas tenemos la fuerza? No sé, ella...
—Tu familia nos contactó en cuánto supo que nuestra pelea era contra ÉL.
—Podemos, pero aviso que mi prioridad en este momento es encontrar a Alan y a mi Tabatha.
—Si lo ves de esa manera... Creo que lo mejor es que...
—Mira niña, no lo tomes a mal, esa no es mi intención, pero quiero que entiendas que tengo meses detrás de ÉL y sí, entiendo que si no actuamos rápido y lo encontramos, tú morirás y serás suya, creo que lo importante es saber de qué eres capaz, ya que si vamos a enfrentarnos a Voldemort —comienza a reír— no, no pongas esos ojos, estoy bromeando, pero creeme por lo menos su aspecto humano es mucho más atractivo y este sí tiene nariz. A lo que iba, eres una novata, quizá poderosa, sin embargo no sabemos de lo que eres capaz y si llega el momento de elegir, quiero que estés consciente quienes son mi prioridad.
—¿Por qué tanto misterio con referencia a...?
—Es complicado. No decimos su nombre ya que... Bueno, es una superstición, Balthazar es un demonio de alto nivel, que tiene cierta hambre por las almas, ya que jamás tuvo una a pesar de ser un mestizo, su madre fue una gran bruja mucho más antigua de lo que puedes imaginar que tuvo un hijo con la muerte o demonio... no estoy muy segura, para atraer almas ofrece tratos difícil de rechazar, y no quiere almas simples, sino aquellas que son más fuertes o con poderes, que le ayudarán a obtener un cuerpo estable, con un espíritu que perdure por un largo tiempo y no se consuma rápidamente como le ha sucedido en el pasado, eso es lo que he logrado investigar hasta el momento.
—¿Me estás tratando decir que es como un coleccionista de almas que es hijo de una bruja y la muerte?
—Vaya, vaya... —un casi Dios está frente a nosotras— Aleah, veo que has hecho la tarea. Y Calliope debería decir que me has decepcionado un poco, creí que serías más escurridiza. Incluso el engendro y humano han dado más batalla.
—Y-yo...
—¿Ellos están?
—No por mucho tiempo. Y ustedes brujas —voltea hacia donde están nuestras familias— no me tienten, a pesar de no tener un cuerpo, su energía me hace salivar, no pierdan el tiempo con sus cantos y desaparezcan si no quieren que en este instante sus niñas sean mías.
Ellas ante la amenaza, dan un pequeño asentamiento y desaparecen todas. Por un momento me siento decepcionada, no puedo creer que nos hayan abandonado de esta manera.
—Calliope, —Aleah habla— toma mi mano y repite conmigo:
Árecenamrep amla im, nózaroc im átse ednód, áranimret odot, óznemoc odot ednód
El cielo se tiñe con un color rosado/púrpura y un fuerte viento nos golpea el rostro. La sonrisa que tenía en su rostro ha desaparecido y es reemplazada por una nueva de... ¿dolor? Eso creí hasta que comenzó a reír a carcajadas y junto a sus pies veo con horror tres cuerpos.
*dónde todo comenzó, todo terminará, dónde está mi corazón, mi alma permanecerá.
Café
Suelto un grito desgarrador al ver los tres cuerpos y suelto la mano de Aleah e interrumpo nuestro cántico. Mi intención es correr, aún no se si lejos de aquel lugar o junto a ellos, pero ella es más rápida y me toma de las dos manos sin detener su recital y con la mirada me pide que me concentre y continúe mi labor. La voz sale temblorosa, y tiembla igual que mi cuerpo, cierro los ojos y me dejó llevar.
Conforme van pasando los segundos, minutos o tal vez horas, me siento más tranquila y canto con voz más firme. A nuestro alrededor se comienzan a escuchar ruidos extraños, crujidos y sube la temperatura tomando en cuenta el viento que soplaba hace poco. Vibra el suelo bajo nuestros pies y aún con cierto temor, abro los ojos para ver qué está sucediendo.
Es como si estuviéramos frente a una gran pantalla con imágenes 3D o estuviéramos rodeadas de fantasmas. Nos rodean recuerdos, los míos los reconozco; me veo una y otra vez siendo niña con mis ojos hermosos color café como los de mi mamá, de adolescente cuando mi madre y abuela estaban a mi lado, cuando ingresé a la universidad, tomando un café con el chico creí formaría una familia, cuando tuve que decirle ese doloroso adiós después del accidente, cuando Gwen me ayudó...
Por un segundo dejo de cantar y siento el agarre de Aleah en mis manos más fuerte y recuerdo que no debo detenerme, aún con los ojos abiertos giro la cabeza y veo pasar su vida también junto a nosotras. La veo llorar, embarazada, con una niña pequeña y como fue creciendo. Vi el cambio de sus ropas, del tiempo pasando a su alrededor y ellas lucen casi iguales, ilusionada cuando tropieza con un hombre y lo ve, afuera del aeropuerto enfrentando a una chica... Estoy embelesada observando nuestras vidas, cuando en eco de voces comienzan a acompañarnos y una lluvia de luces, rayos, junto a una luna rosada.
Siento la angustia instalada en mi pecho y este comienza a dolerme. Mis piernas comienzan a tambalear y las fuerzas en mi cuerpo van minando, sin embargo continúa cantando junto a todo el coro que nos acompaña. Gritos y maldiciones rompen está armonía conseguida.
—No me podrán vencer, brujas insignificantes.
—No te tenemos miedo Balthazar —mi voz sale segura de mi garganta y hasta me sorprendo—, has hecho demasiado daño...
—Eres tan... —ríe aunque su rostro luce extraño— insignificante Calliope, cuando Gwen te vendió creí serías una buena adquisición, pero ahora veo que he perdido el tiempo contigo.
Siento un fuerte dolor en el pecho cuando una luz negra me atraviesa, me duele todo el cuerpo, pierdo la voz, las fuerzas y lo veo todo negro antes de caer al suelo.
Lo último que escucho es a Aleah gritando mi nombre.
Alfiler
No sé si tengo los ojos abiertos o cerrados, escucho ruidos, lamentos, cosas arrastrándose, pero no veo nada, el negro me rodea.
Siento mi respiración pesada, me cuesta jalar el aire y el pecho sigue doliéndome Me cuesta trabajo respirar, ¿Eso significa que no estoy muerta?
Intento moverme y mi cuerpo no reacciona. Trato de abrir los ojos o hablar y nada, es como si estuviera paralizada.
—Tranquila Calliope, es normal este proceso, tu cuerpo debe recuperarse, sanar...
Es Aleah la que me habla, pero la desesperación me sigue invadiendo, pero aunque suene extraño, el sentir pinchazos en mi cuerpo como si me estuvieran enterrando algún alfiler repetidamente sobre toda mi piel, me tranquiliza un poco, aun recuerdo, mi cuerpo inerte que estaba tirado en el cuarto del baño y sentirlo de esta manera creo que son buenas noticias.
—Debes ser paciente Calliope, cuando te desplegaste, tu energía vital y tú alma se partieron en dos, y utilizaste un gran poder para que una de tus proyecciones fuera tan real como tú cuerpo, y la lucha contra Balthazar casi te destruye cuando te atravesó, y...
—Tabatha, creo que es mejor contarle eso cuando ya esté completamente consciente —Aleah la interrumpe— trata de descansar Calliope, esto puede tardar días o semanas...
—O meses —agrega la otra mujer.
—¡Tabatha! —la reprende.
—Sorry mami.
—No seas tan dura Aleah con nuestra niña —ahora habla un hombre—, ella solo quiere ayudar a la chica.
—Lo sé cariño, pero Alan estaba a punto de decirle cosas que parecen sacadas de una novela.
—Pues la Rolling lo hizo ma.
—Descansa Calliope, estás... Estamos todos a salvó y es en gran parte por ti. No importa el tiempo que te lleve, aquí estaremos a tu lado, por cierto, encontré a mi familia.
*****
Pasaron demasiados largos días que viví en la oscuridad, sin embargo cada día, iba reaccionando un poco más. Fue un alivio cuando pude abrir los ojos y ver, aunque tuve que ser paciente antes de poder mover un poco la mano o alguna pierna.
Aleah, en todos esos días nunca me abandonó y siempre había alguien a mi alrededor.
Cuando una mañana despierte y con voz ronca pude articular algunas palabras, con un poco de ayuda logré alimentarme sin ayuda y fue cuando me contaron lo que sucedió.
—Por un momento, cuando vi el cuerpo de Alan, Tabatha y el tuyo, creí que habíamos perdido y yo sería la siguiente. Cuando lo enfrentaste, lo hiciste cuando tú poder estaba en un punto máximo que ni siquiera Balthazar lo imaginó, él intentó arrancarte el alma cuando te atravesó, pero lo que provocó fue su muerte.
—¿Así de sencillo?
—Díganos que no fue un espectáculo muy lindo de ver. Por un momento fueron uno mismo y yo salí expulsada varios metros, después de tu cuerpo comenzó a salir un brazo, una pierna...
—Querrás decir sus miembros separados ma.
—¡Tabatha!
—¿Yo lo destruí?
Recibí tres asentamientos confirmando.
—Cuando separaste su cabeza, te... Tú... Desapareciste, tu cuerpo se transformó en miles de luces de muchos colores, fue cuando todas las almas que había devorado las liberaste, y mi Tabatha, Alan y tú, regresaron a su cuerpo. Ellos se despertaron unos minutos después, pero tú no reaccionabas, fue cuando nuestras familias volvieron a hacerse visibles y me explicaron lo que sucedió.
—¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
—Veintiocho días.
—¿Por qué no podía despertar?
—Cuando él te tocó, parte de su esencia quedó en ti, por eso la inmovilidad y la oscuridad te rodeó todo este tiempo.
—Digamos que te sucedió algo parecido a Harry Potter y Voldemort —Tabatha agrega.
—¿Eso quiere decir que yo?
—No te has convertido en demonio, ni tienes un rayo en la frente, si es lo que estás preguntando.
—Como dice Tabatha, no tienes nada de eso, aunque si absorbiste poderes de él, los de su madre, por eso pudiste sobrevivir y liberar a todos.
—Así qué eres la bruja más poderosa que existe hasta el momento —Tabatha dice casi en un susurro para evitar que su madre la regañe de nuevo—, eres como Harry Potter, pero real y no de papel.
—No sé qué...
—Tienes un gran poder Calliope, necesitarás que alguien te enseñe a controlarlo y...
—Ay ma, que le das muchas vueltas. Callie, ¿Te puedo decir así? —Tabatha me abraza—, lo que aquí mis papás quieren decirte, es que te quedes con nosotros, y tú y yo podemos ser como hermanas.
Sonrío.
Cuando creí que estaba sola en este mundo, hoy tengo una nueva familia.
—¿Existe algo parecido a Hogwarts?
—Aún no, hay muchas como nosotras y...
—¡Tabatha! —Aleah y Alan ríen al mismo tiempo.
—¿Cómo es que pude...?
—Tu abuela me explicó que tus poderes incrementan con las emociones, parece que estabas feliz en ese momento.
—En ese momento estaba viendo cómo si fuera una película, mis mejores y peores momentos... Y también pude ver los tuyos Aleah. ¿Qué poderes tienen ustedes tres?
—Yo soy un simple humano.
—Creo que... mejor cierra los ojos y verás que eso es mentira. —Coloco una mano en su frente y le muestro lo que yo vi.
*****
—Gracias mi niña.
Mi madre, o mejor dicho el espíritu de ella está frente a mí.
—Ahora puedo ir con tu abuela, con la familia, mientras tú te conviertes en lo que debiste ser siempre mi Callie, recuerda, no estás sola... Nunca y menos ahora que tienes una nueva familia, nosotras esperaremos el tiempo que sea para que te nos unas, aunque para eso falta mucho tiempo.
—Te amo, mamá.
—No bajes la guardia mi pequeña y deja que Aleah y Tabatha te ayuden y te enseñen, aunque ganaste esta vez, esto aún no ha terminado todavía, y vendrá algo mucho más peligroso.
Y bueno gracias por leernos y nos vemos pronto con más historias, ya sean las recopilaciones mensuales o quincenales donde están los relatos de los demás autores junto a los míos y pues ya no doy fechas que ahora si traigo un caos en el blog que casi está abandonado fuera de mis relatos o recopilaciones, noes leemos pronto!!!
Besitos!!!