a medias
tu espalda suave
es iniciar un viaje
que pasa por debajo
del pelo de tu nuca
es bordear el entorno
de tus singularidades
y perder el norte
contra los espasmos
de tu dulce vientre
recorrer con un dedo
a mediasel borde de tu boca
es proseguir un viaje
que pasa por tus crestas
tus deseos turgentes
por las manos crispadas
por las sombras expuestas
recorrer con un dedo
a medias
el sexo de un tercero
es crear de la nada
una idea insaciable
que de pronto multiplica
las bocas y los besos
los cuerpos y las pieles,
un animal único
rebulle en nuestro cuarto
con un solo gemido
plagado de humedades
de cómplices incendios
de placeres alternos
de ojos que se buscan
que repiten tu nombre.