Al amanecer
A plena luz del día...
A la noche...
Pero debajo de la colina, en las calles que rodean Plaka se encuentra el centro cívico, y en él, el Parlamento y la tradicional plaza Syntagma. Allí, a cada hora cambia la pintoresca y tradicional guardia en el monumento al soldado desconocido. Como nosotros estuvimos allí en domingo, pudimos ver un cambio más ceremonial, con la participación de muchísimos soldados y miembros de las fuerzas de seguridad de Grecia.
Luego recorrimos otros escenarios de Plaka y sus barrios cercanos. Les aseguro que es muy fácil perderse en las calles angostas e intrincadas de la parte vieja, es un placer descubrir a cada paso los rastros de las culturas que dejaron su huella en Atenas y por ello nos entregamos a la evidencia de que sería muy dificil seguir un recorrido previamente estipulado, de modo que fuimos hacia donde nos llevaban los caminos... Así encontramos la iglesia Kapnikaréa que data del siglo X y es una joya enclavada en medio de una calle comercial...
Y si de recuerdos romanos se trata, en el Foro -plaza fundada por César y Augusto como sustituta del ágora ateniense- se erige la famosa Torre de los vientos, que fundada en el 50 a. C., encerraba una clepsidra que funcionaba con el arroyo de la Acrópolis.
Al ver la famosísima cabeza de Pericles me conmoví, no podía creer tener ante mí un símbolo tan fuerte de la tradición clásica, esa imagen que siempre ví en los libros, ahora estaba frente mis ojos...
Dentro del museo no se permiten las fotos, pero en una terraza aledaña pudimos obtener esta imagen en la que ve reflejada la Acrópolis en los vidrios de la sala... En el interior se encuentran fragmentos y esculturas que fueron retiradas del Partenón y de los templos para evitar su constante deterioro. En las colinas se hallan reproducciones, y también se ven claramente los huecos dejados por elementos robados por el embajador británico, conde de Elgin en 1799; cuando no contento con llevarse fragmentos desprendidos de los monumentos, arrancó los frisos completos que hoy se lucen en el British Museum de Londres. Una vergüenza total.
Un espectáculo aparte es la Acrópolis en sí misma y el camino que conduce a la cima del monte. Las vistas de Atenas son impresionantes y no alcanzás a registrar todo porque es demasiado imponente... Por ejemplo las ruinas del teatro de Dionisio, propio de la Grecia clásica y lugar de representación de las más tradicionales obras de teatro de Esquilo, Sófocles, Eurípides...
Al ir subiendo, se ven restos del templo de Atenea Niké (Victoria) construido para invocar a la vicrtoria en las luchas de Atenas.
Y también la llamada Piedra de San Pablo desde la cual predicó el apóstol en su visita a Atenas. En ese lugar se llevó a cabo también el juicio a Sócrates. Hoy es un espacio de peregrinación para fieles cristianos.
Ya en la cima, los templos sagrados de la Acrópolis hechos con el más puro mármol pentélico.
El Erectión es la última construcción levantada en la Acrópolis y en ella se destacan las cariátides. éstas que vemos son reproducciones porque cuatro de ellas están en el Museo que les comenté antes y la restante, en el de Londres... De todas maneras, ver estas construcciones resulta conmocionante...
El Partenón es el templo más destacado de la Acrópolis, y no es para menos... Es de estilo dórico, lo cual significa solidéz dada las líneas simples y compactas de sus estructuras y columnas. Estaba dedicado a Palas Atenea y era lugar obligado de peregrinaciones y ritos religiososos. Fue concebido por Pericles, el padre de la era clásica, como un símbolo de la vida en democracia de la cual Atenas era máxima representante. Cada columna es diferente -aunque en pequeñeces- de la otra y no están perfectamente alineadas, de manera que mirando desde cualquier ángulo no hay una que oculte a las demás. Esto sería una alegoría de la vida democrática en la cual pese a las diferencias, la suma de todos los ciudadanos sostiene el sistema. Un ejemplo el de Pericles, no creen? Las grúas están porque permanentemente se realizan trabajos de restauración y remoción de piezas deterioradas. Por suerte pese al paso de los siglos y al bombardeo del que fue víctima cuando, siendo el polvorín de los turcos, fue atacado por los venecianos en el siglo XVII, el Partenón sigue en pie y nos permite imaginar lo que debería haber sido la vida en la época clásica, con el ir y venir de los atenienses por los caminos y templos de la colina... Como yo no podía parar de sacar fotos, amore registró ese momento.
Otra zona que no puede quedar fuera del recorrido es el ágora, que se continúa luego en el foro romano. El ágora era la plaza pública, la zona de intercambios comerciales y culturales; el lugar de los debates políticos, la vida misma pasaba por allí. Fue fundada en el siglo VI a.C. y en sus calles Sócrates le hablaba a sus seguidores, al igual que siglos más tarde lo haría San Pablo. Lo más imponente es el Templo de Hefesto que se mantiene en bastantes buenas condiciones.
Las ruinas dan cuenta de las construcciones que poblaban la zona, capas y capas de cimientos y muros permiten imaginar las sucesivas ocupaciones del lugar, y al mismo tiempo podemos viajar en el tiempo y pensar en los atenienses que recorrían esas calles hacia el mercado o en peregrinaje a la Acrópolis cada día... Es muy fuerte estar allí, se los aseguro.
Una de las cosas que siempre llaman la atención en estos lugares tan ricos en culturas y religiones son los restos de la acción conquistadora de un imperio sobre otro. Por ejemplo, los romanos se apropiaron de elementos giegos y los readaptaron a su cultura, luego los bizantinos erigieron sus iglesias en los mismos espacios y con piezas y materiales de antiguas estructuras. Así, en el ágora encotramos una iglesia del siglo XI...
Y ya fuera de allí, en la línea imaginaria que lo une con el ágora y la Acrópolis se encuentra el templo de Zeus Olímpico, con sus majestuosas columnas...
De nuevo por las calles de Atenas me encontré con esta iglesia, al entrar pude saber que era ortodoxa rusa gracias al sacerdote que estaba allí y que gentilmente me permitió permanecer un rato contemplando su arte. Resultó que este religioso conocía a su par en Argentina y había estado aquí en la iglesia que queda frente al Parque Lezama; el mundo es un pañuelo, no creen?
En el barrio de Monastiraki encontramos el mercado de pulgas, lugar en el que los atenienses van a cambiar chucherías los días de semana, pero sobre todo el domingo. Casualmente estábamos allí ese día así que vimos cómo se mueve esta parte de la ciudad con ritmo propio...
Y para reponer energías, nada mejor que degustar de la rica comida griega... Hay tabernas como esta por toda Plaka y a la hora de comer los olores invitan a tomar asiento bajo la sombra y dejarse llevar por el espíritu de Atenas...
Claro que el menú resutla un tanto incomprensible, no? Por suerte hay carta en varios idiomas, incluso español. Pero recomiendo saber algo de inglés para desenvolverse en Grecia porque el idioma local no tiene nada que ver con nuestro alfabeto y no hay modo alguno de deducir nada, ja!
Luego de tantos recorridos, subidas y caminatas, me cansé... Decidí tomar un respiro en una calle de las típicas de Plaka.