Uno de las estancias que nos cautivó fue el baño principal, de grandes dimensiones y con una luz natural de excepción. Cerca del vano por el que entraban los rayos de sol, había una pequeña mesa de madera, vestida deliciosamente con ropa blanca de ajuar. En ella, jabones, flores y ambientadores naturales daban al cuarto un aire vintage de lo más acogedor. Este precioso detalle, no apto para pequeños aseos, nos hizo buscar semejanzas por la red.... ¡Y mira que nos ha costado encontrarlas!
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Ese fin de semana fue excepcional y la música nos acompañó minuto a minuto, como no podía ser menos. Como también nos acompañan vuestros comentarios. ¿Nos dejáis alguno?