Horner aseguró que la preocupación empezó a llegar a finales de la temporada 2012, cuando ya se conocía la nueva normativa y Red Bull estaba en la cresta de la ola.
"Nuestras preocupaciones aumentaron en otoño de 2012. Pero diseñar y construir motores no es nuestra competencia, ni debería serlo, porque somos proveedores de chasis. Ninguno de nosotros podría haber imaginado lo atrás que ha estado Renault", explicó el británico.
En las últimas semanas se habló de la posibilidad de que Red Bull podría comprar la fábrica de Renault en Viry-Cattilon para poder fabricar su propio motor, aunque el responsable de Renault en F1, Rob White, lo ha negado.
"De momento no hay intención de vender el departamento de motores en Viry. Todavía es una filial de Renault. No es posible que haya otro nombre y empezar de cero. Ni siquiera Honda puede hacer lo que quieren exactamente", dijo a Auto Motor und Sport.
La revista alemana Sport Bild publicó que la intención de Red Bull es, simplemente, estar más involucrados en el proyecto de Renault, aumentando su presupuesto y haciendo una reestructuración.
"Nunca vamos a satisfacer a todo el mundo. Renault ha tratado de mantener contentos a todos sus clientes, que es admirable, pero no es lo mejor para ser competitivos", opinó Horner.