Tal y como se ha podido ver reflejado en Auto Motor und Sport, Adrian Newey se ha acordado de la preparación llevada a cabo la temporada pasada y lo que provocó la relativa baja forma del Red Bull RB8 en los primeros Grandes Premios de la temporada. Newey comentó que colocó un nuevo difusor soplado que luego fue rechazado por la FIA en el último minuto: "Eso nos hizo dar un paso atrás mucho más importante de lo que pensábamos. Cuando examinamos las reglas de 2012, pensamos que íbamos a perder menos que lo que perdimos, es más, teníamos un sistema que compensaba en gran medida esta pérdida (en apoyo aerodinámico)".
Pero la FIA examinó este sistema y lo declaró ilegal antes del comienzo de la temporada. "Nos faltó tiempo y participamos en la primera sesión de entrenamientos privados con un sistema convencional. Hubo un fallo en el reglamento y nada impedía recuperar los gases de los escapes y enviarlos donde quieras", explicó Newey. Pero el Red Bull RB8 empezó, finalmente, sin este sistema: "Fue muy complicado equilibrar el coche. Teníamos subviraje, sobreviraje y, a veces, las dos cosas a la vez".
La situación le exaspera
"Hemos de tener cuidado con que las restricciones no tapen las innovaciones. La belleza de la F1 está en la batalla que libran los pilotos, pero también en la lucha entre los diferentes monoplazas. Cuanto más estrictas quieran ser las reglas, más estaremos dirigiéndonos hacia lo que se parecerá a una GP1. ¿De verdad queremos eso? Estoy bastante sorprendido por algunos de mis compañeros, que piden más restricciones técnicas en vez de reuniones de grupo de trabajo técnico. Es como si dejáramos votar a los pavos para que decidieran si nos los podemos comer en Navidad", finalizó el de Red Bull.