Otra de las anécdotas a destacar fue el tropiezo de la ganadora del Oscar a la mejor actriz, Jennifer Lawrence. ¿Quién no se tropezaría con tanta capa de tela? Eso sí, el vestido de diez.
Lo que más me ha gustado de toda la gala han sido las actuaciones de la gran Barbra Streisand, la cuál llevaba 38 años sin actuar en estos premios (que ya son años) y mi adorada Adele, ganadora del Oscar a la mejor canción por Skyfall y a la que dediqué un post hará unos meses.
Y ahora vamos al lío que es lo que importa. Esta es la selección de mis tres favoritos y mis tres horrores de esta gala. Porque en Hollywood también fallan, menos, pero fallan.
Alicia Vikander de Elie Saab. Con este diseñador siempre se acierta.