Esta receta le he hecho para el santo de mi sobrino Gabriel, que me dijo que había comido una cuando había estado de vacaciones en Madrid, yo había hecho una con remolacha de colorante, así que quería probar con otra receta más clásica, así que me puse manos a la obra.
Para mi gusto quedó un poco seco el bizcocho, ya que repartí la masa en 3 moldes, y el tiempo que estuvo en el horno debió ser excesivo, para esa cantidad de masa, si la hubiera horneado en un par de moldes, o hubiera bajado la temperatura del horno (cada horno es un mundo) hubiera sido suficiente.
125 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
275 gr de azúcar de abedul o 2 c/s de edulcorante líquido
280 gr. de harina todo uso
1 cucharadita de levadura química
1 cucharadita de bicarbonato de soda
240 gr. de buttermilk (preparar con 220 gr de leche entera a temperatura ambiente con 20 ml de vinagre blanco o limón, y esperar unos 10 minutos a que se corte)
1 cucharada de colorante en gel rojo
1 cucharadita de extracto de vainilla o pasta de vainilla
Preparación del bizcocho:
Precalentar el horno a 170ºC
Ingredientes para rellenar y cubrir la tarta
125 gr de mantequilla a temperatura ambiente
300 gr de queso crema tipo philadelphia
200 gr. de azúcar glas de abedul o 1 cucharada de stevia en polvo
1 cucharadita de extracto de vainilla o pasta de vainilla
Poner en el bol de la amasadora la mantequilla cortada a cubos junto con el azúcar y batir hasta que la mezcla blanquee y quede bastante esponjosa.
Cuando esté en ese punto, añadir el queso crema y la vainilla y mezclar hasta integrar.
Ya sólo hay que poner a capas en la tarta y poner el restante en una manga con la boquilla con que queramos decorar.