No tomes decisiones con respecto a lo que es la salvación o a donde se encuentra, pregúntaselo todo al Espíritu Santo, y no tomes ninguna decisión sin Su dulce consejo.
Hay infinidad de situaciones en donde hemos preferido quedarnos con la culpa e incrementarla porque es una manera de auto-protegernos, usamos la culpa como el traje de la salvación.
Cuando tomamos esta decisión por nuestra cuenta sin la ayuda del Espíritu Santo lo que hacemos es destruirnos.
No debe de existir en nosotros una decisión tomada por nuestra cuenta, por muy insignificante que sea la situación.
Vivimos constantemente tomando decisiones, pero como andamos dormidos, las tomamos sin pedir ayuda, por creer que sabemos cuál es la decisión correcta.
Todo absolutamente todo debe de ser pasado por el carril del Espíritu Santo, y para esto debemos de estar todo el tiempo alerta de si estamos alineados al Espíritu que somos o estamos alineados al ego que creemos ser.
Cuidado con ese automático del ego que usa la enseñanza a su favor, cuando le entregamos al Espíritu “Decide conmigo”. Hagámoslo desde la más completa honestidad con nosotros mismos. CCLL